Jaques Chirac: "La Administración de los socialistas y de los comunistas compromete la independencia de Francia"

Pregunta. De entrada, ¿podría usted hacer un breve balance de la gestión socialista en la que se sitúan estas elecciones?Respuesta. Sólo le citaré un hecho: a pesar de las dos devaluaciones, el déficit del comercio exterior se duplicó en 1982 y, tras un período más tranquilo de tres meses, este último mes de enero ha alcanzado el récord histórico del año pasado.

A su vez, la balanza de pagos también se ha duplicado larga mente. Este es el aspecto más grave de la gestión socialista-comunista, puesto que, al erosionar la moneda y aumentar considerable mente nuestra deuda ext...

Pregunta. De entrada, ¿podría usted hacer un breve balance de la gestión socialista en la que se sitúan estas elecciones?Respuesta. Sólo le citaré un hecho: a pesar de las dos devaluaciones, el déficit del comercio exterior se duplicó en 1982 y, tras un período más tranquilo de tres meses, este último mes de enero ha alcanzado el récord histórico del año pasado.

A su vez, la balanza de pagos también se ha duplicado larga mente. Este es el aspecto más grave de la gestión socialista-comunista, puesto que, al erosionar la moneda y aumentar considerable mente nuestra deuda exterior, esa gestión compromete la independencia de Francia. Y que conste que no digo esto a la ligera. Una prueba: ¿el Gobierno federal. alemán no había puesto como condición a su ayuda a la primera devaluación, la congelación de una par te de los créditos militares de 1982? Pues bien, esos créditos, finalmente, fueron congelados.

Por otra parte la gestión socialista ha recortado el poder adquisitivo de la mayor parte de los franceses en 1982, y dicha evolución se anuncia peor en 1983. En los últimos tres meses, los precios han aumentado el 11,2%, y los socialistas pretendían mantenerlos al 8%.

Y, en tercer lugar, los déficit de las empresas públicas. y de los organismos de protección social aumentan. Este triple fracaso económico y social es más inquietante aún porque va acompañado de una amenaza creciente hacia las libertades de expresión, de trabajo, de iniciativa, de enseñanza, etcétera. Así es como el actual Gobierno parece dispuesto a instaurar en nuestro país un poder de clase.P. ¿Cómo califica usted este voto municipal en el plano nacional?

R. Traducirá la voluntad de los franceses de resignarse o de oponerse a la política gubernamental actual. El resultado será, para el Gobierno, un estímulo o una advertencia.

P. ¿Tendrá dicho voto incidencia sobre las instituciones, es decir, puede provocar elecciones legislativas anticipadas, como lo piensan algunos en la oposición?

R. Las instituciones de la V República no son afectadas por estas elecciones. El presidente de la República fue elegido por siete años, y la Asamblea, por cinco, Sólo el presidente puede modificar, o no, esos mandatos institucionales. Fuere cual fuere la advertencia de los franceses por medio de estas elecciones, el presidente no tiene razón alguna para realizar modificación.

P. ¿Será político o local el voto en la coyuntura presente?R. Estas elecciones han sido siempre locales. Sólo en las grandes ciudades se politizaban, y no siempre. Por ello, si el alcalde saliente ha realizado una gestión sólo regular, se beneficiará de una especie de prima respecto a su adversario.

Pero es el nuevo sistema electoral, que afecta a los municipios de más de 3.500 habitantes, es decir, a un tercio de¡ electorado, quien ha conducido a que este voto sea político. Por añadidura, la orientación política del Gobierno actual ejerce necesariamente influencia sobre los municipios. Y en la medida en que la descentralización aumente el poder local, la transferencia política nacional al plano municipal se acentúa. En resumen, los franceses se pronunciarán también en favor o en contra del socialismo municipal. Y más aún si la dirección de una alcaldía es comunista.

P. ¿El nuevo estatuto de la villa de París recorta el poder del alcalde, el suyo, en consecuencia? Y, en todo caso, ¿cómo juzga esta reforma socialista que afecta a París, Marsella y Lyon?

R. El nuevo estatuto de París, impuesto por el Gobierno sin concertación, apunta, evidentemente, a reducir el poder del alcalde de París. Si quiso dividir París en veinte alcaldías autónomas fue porque el alcalde de la capital le parecía un adversario molesto. Pero no creo que se ganen las elecciones únicamente cambiando la ley electoral. Por lo demás, la reforma socialista de las grandes ciudades semeja a la acción gubernamental: olvida las realidades cotidianas, favorece el gasto del dinero público y aumenta la burocracia en un país que, por desgracia, ya es demasiado burocrático.

P. ¿Qué reproche importante le hace usted a la gestión municipal de la izquierda?

R. Supongo que se refiere usted a la gestión municipal de la izquierda en otras ciudades que no sean París. Subrayaría, en primer lugar, dos cosas: los comunistas y socialistas aplican localmente los principios de su política nacional. Quiero decir que son prisioneros de una ideología, superada, es cierto, pero que no soporta la aplicación a medias. Por eso, toda elección local se convierte en una prueba respecto a esa ideología. Y por lo que se refiere a los reproches esenciales que yo hago a ese tipo de gestión, le diré: acumulación de déficit, exceso de poder a los aparatos sindicales marxistizantes, peligro para la libertad de pensar y de obrar de los individuos. Se trata de un proceso lento y discreto, pero que se comprueba con el tiempo.