Los abusos de Telefónica

Somos usuarios de teléfono en España unos doce millones; mejor dicho, abonados, y clientes en potencia, unos 38 millones. De ahí su enorme significado.Hace unos meses sostuve un diálogo epistolar con el. delegado de la Telefónica en Zaragoza, puesto que no estaba de acuerdo con lo que me cobraban de gasto por el teléfono. Y como le argumenté entonces a dicho señor, no me parecía correcto tener que pasar por lo que diga la Telefónica, teniendo ellos allí el contador y siendo juez y parte cuando se trate de dirimir el coste de los servicios. Me tengo que fiar de lo que me digan, sin posibilidad ...

Somos usuarios de teléfono en España unos doce millones; mejor dicho, abonados, y clientes en potencia, unos 38 millones. De ahí su enorme significado.Hace unos meses sostuve un diálogo epistolar con el. delegado de la Telefónica en Zaragoza, puesto que no estaba de acuerdo con lo que me cobraban de gasto por el teléfono. Y como le argumenté entonces a dicho señor, no me parecía correcto tener que pasar por lo que diga la Telefónica, teniendo ellos allí el contador y siendo juez y parte cuando se trate de dirimir el coste de los servicios. Me tengo que fiar de lo que me digan, sin posibilidad de comprobación, y aceptando el gasto que fuere, me pueden decir 1.000 o 20.000 pesetas, es igual, puesto que nada puedo argüir.

Para tratar de controlar mi gasto y pagar lo que realmente es, no tengo más opción que alquilar a la Telefónica el contador, pues no me lo venden.

Pues bien, me cobran de instalación mil pesetas; de alquiler mensual, 561 pesetas. Y en consecuencia, anualmente, 6.732 pesetas.

Como vengo a gastar aproximadamente unas 30.000 pesetas al año de teléfono, la tenencia en alquiler del contador me supondría el 22,50% del gasto.

Dicho en otras palabras, si quiero controlar lo que gasto y estar al margen de lo que me indique la Telefónica, he de gravar con el 22,50% lo que me cuesta cada conferencia. Esto es obstaculizar el control que cada abonado puede realizar, gravando onerosamente dicho control. Es decir, un abuso de derecho. Lisa y llanamente. O permitir el descontrol de un servicio necesario, absorbido por un monopolio y en el cual hay un delegado del Gobierno. /