Cartas al director

La misma oferta de ley y orden

He leído las últimas declaraciones de José Barrionuevo respecto a los grupos terroristas, y muy en concreto del terrorismo de ETA, las cuales me han producido tal desilusión, que he creído necesario hacer una crítica persiorial como humílde ciudadano de este país que todos formamos y al que tanto amamos. Desgraciadamente, he visto con gran tristeza cómo las ofertas de diálogo del actual ministro de la ley y el orden en torno al terrorismo de ETA y al problema general del terrorismo difieren muy poco de las de su predecesor.Dado que en sus últimas deciaraciones, después de hacer un análisis hís...

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He leído las últimas declaraciones de José Barrionuevo respecto a los grupos terroristas, y muy en concreto del terrorismo de ETA, las cuales me han producido tal desilusión, que he creído necesario hacer una crítica persiorial como humílde ciudadano de este país que todos formamos y al que tanto amamos. Desgraciadamente, he visto con gran tristeza cómo las ofertas de diálogo del actual ministro de la ley y el orden en torno al terrorismo de ETA y al problema general del terrorismo difieren muy poco de las de su predecesor.Dado que en sus últimas deciaraciones, después de hacer un análisis hístórico superficial, considerando a éste como un fatal error, y sin justificación posible en la actualidad, califica a los ejecutores de este grave fenómeno socialcomo simples gánsteres y malhechores, para después desafiar a éstos a que depongan las armas durante un período mínimo de seis meses y, a partir de ahí, hacer una serie de concesiones a los terroristas semejantes a las que podría hacer la justicia de cualquier país tercermundista -el señor ministro nos considera un país totalmente libre-, tales como endulzar las penas de los terroristas arrepentidos y deportar a los que hayan cometido delitos de sangre, para así alejar el foco de infección de la gran masa, y borrón y cuenta nueva.

Terminaré manifestando mi esperanza de que en el futuro la política interior cambie en este sentido y se traten los problemas desde el fondo. Sinceramente, pienso que para ello hay que dialogar con el adversario, conocer sus inquietudes, su lucha y sus sentimientos, para después hacer prevalecer el sentido común y no la fuerza, si de verdad queremos una españa libre, en paz y en igualdad. De lo contrario, los españoles nos acercaremos un poco más a las palabras de Mijail Bakunin.

¡Felices fiestas, España! / José Antonio Somoliano.

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