Tribuna:

No se pudo subir la Bolsa a fin de año

El año ha terminado imbuido de un ambiente posibilista, donde probablemente lo más destacado resultaba la resignación con que algunos de los operadores más significados asumían su impotencia para propiciar un sesgo alcista en el comportamiento de algunos de los valores más importantes del mercado.Las ventas institucionales estuvieron presentes en la última jornada del año, y se prolongaron a la del día 31 que se celebraba en Barcelona y Valencia. El denominador común a estas reuniones fue bastante simpIe: se iniciaban las reuniones bajo un ambiente de supuesta euforia, que poco a poco se iba d...

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El año ha terminado imbuido de un ambiente posibilista, donde probablemente lo más destacado resultaba la resignación con que algunos de los operadores más significados asumían su impotencia para propiciar un sesgo alcista en el comportamiento de algunos de los valores más importantes del mercado.Las ventas institucionales estuvieron presentes en la última jornada del año, y se prolongaron a la del día 31 que se celebraba en Barcelona y Valencia. El denominador común a estas reuniones fue bastante simpIe: se iniciaban las reuniones bajo un ambiente de supuesta euforia, que poco a poco se iba degradando hasta que los bancos se encontraban ante unas situaciones realmente poco propicias, a las de debían hacer frente aplicando su propio esfuerzo.

En cuanto a las ampliaciones de capital en curso, su trayectoria, con resultar bastante errática, ha venido definida por la falta de fervor que generaban entre los inversores. La práctica totalidad de los desdobles que se producían dentro del grupo eléctrico terminaron cerrando con saldos negativos. La excepción la constituyeron los cupones de Electra de Viesgo, que contaron con el soporte seguro que les prestaba una demanda firme generada, casi siempre, desde las proximidades del Banco de Santander. Al menos esto era lo que comentaban algunos especialistas para justificar los incrementos diarios en el precio de estos derechos, que marcaba una trayectoria marginal en relación al resto del mercado.

Las incógnitas que se ciernen sobre el futuro a corto plazo del mercado de acciones, al menos así lo están viendo los expertos, han provocado una reacción en cadena según la cual lo más interescante, o al menos la estrategia más extendida, era vender absolutamente de todo lo que se demandara, sin Importar demasiado las posibilidades concretas de cada valor.

Así, y aunque este es un argumento repetido en numerosas ocasiones desde estas líneas, se hacía prácticamente imposible conseguir una recuperación del mercado, ni tan siquiera ante la coyuntura propicia que representan los cierres anuales.

Si a esto se le suma el hecho de que cada vez son más los inversores que prefieren eludir riesgos, y que materializan sus compras en títulos de renta fija, obtendremos algunas de las razones por las que el mercado de renta variable ha venido mostrándose titubeante, a pesar de las aceptables cifras de negocio que ha venido presentando este segmento del mundo bursátil en las últimas reuniones.

Para las próximas reuniones sólo queda esperar a ver cómo se desarrollan. Quedan en curso algunas ampliaciones de capital, y los dividendos que se pagarán antes de que finalice el mes de enero representa un argumento de cierto peso para que los procesos vendedores no resulten demasiado exagerados.

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