Información y 'terrorismo'

El tema está de fresca y franca actualidad. Tanto como para constituirse, en motivo y objeto de unas jornadas internacionales en Toledo. Un tema además puesto en órbita por la inaudita y brutal sentencia con la que la Audiencia Nacional acaba de castigar al director de Egin.AI parecer, y dentro dela decidida ofensiva con la que el Estado intenta acorralar y liquidar al llamado terrorismo vasco, se intenta montar una operación de envergadura en la que los medios de comunicación tomen un partido verdaderamente beligerante.

La cosa es tan brutal y tan descarada -convertir pur...

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El tema está de fresca y franca actualidad. Tanto como para constituirse, en motivo y objeto de unas jornadas internacionales en Toledo. Un tema además puesto en órbita por la inaudita y brutal sentencia con la que la Audiencia Nacional acaba de castigar al director de Egin.AI parecer, y dentro dela decidida ofensiva con la que el Estado intenta acorralar y liquidar al llamado terrorismo vasco, se intenta montar una operación de envergadura en la que los medios de comunicación tomen un partido verdaderamente beligerante.

La cosa es tan brutal y tan descarada -convertir pura y simplemente a los directores de periódicos en calificados colaboradores de la policía- que los mismos profesionales de la información, por lo menos algunos, han tenido que hacer pública su protesta indignada.

Y es que ya está bien de querer apretar las clavijas en nombre de las libertades y de la democracia. Y a las cosas hay que llamarlas por sus nombres y apellidos. Y si en Madrid quieren utilizar a los medios de comunicación como instrumentos especializados de su particular lucha antiterrorista, lo mejor que pueden hacer es nombrar como directores de los periódicos y revistas a comisarios o inspectores de policía. Por lo menos conoceremos las cartas que se están jugando.

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La sentencia contra el director de Egin parece, por otra parte, que ha servido para sensibilizar la opinión, y en este momento empiezan a replantearse muchas posturas que, enmarcadas en lo puramente profesional, se iban dejando comér el terreno de una forma verdaderamente lamentable. (...)

En definitiva, serán los mismos lectores los que debieran decidir si les interesa seguir con la lectura de un periódico que recorta o silencia, o, por el contrario, si prefieren apuntarse al que recoge toda la verdad, por muy dura que sea. Y en ese sentido tal vez habrá que cambiar el enunciado del tema y en vez de hablar de Información y terrorismo, estudiar un poco más lo de información y verdad.

, 24 de diciembre

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