Cartas al director

Fútbol y política

Acabo de escuchar por radio cierta noticia que me ha dejado de una pieza: la bandera del Real Madrid ha sido arriada manu militari por cierto forofo azulgrana. A su vez, el club titular de estos colores -sin perjuicio de otros de análoga adscripción cromática- colocó cerca de la zona bélica un vigilante para evitar la repetición del acto.Lo que me deja de una pieza no es que se trate del Madrid, o del Barcelona, es que, sencillamente, haya personas que, drogadas por dimes y diretes del balompié, conviertan sus convicciones por un equipo de fútbol en timbalers del Bruch, Eloys ...

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Acabo de escuchar por radio cierta noticia que me ha dejado de una pieza: la bandera del Real Madrid ha sido arriada manu militari por cierto forofo azulgrana. A su vez, el club titular de estos colores -sin perjuicio de otros de análoga adscripción cromática- colocó cerca de la zona bélica un vigilante para evitar la repetición del acto.Lo que me deja de una pieza no es que se trate del Madrid, o del Barcelona, es que, sencillamente, haya personas que, drogadas por dimes y diretes del balompié, conviertan sus convicciones por un equipo de fútbol en timbalers del Bruch, Eloys Gonzalos, Viriatos y similares. Estamos asistiendo, a un ritmo vertiginoso, al enfrentamiento de las masas urbanas, rurales e interregionales, no por vía política, que lo hay, aunque menos de lo que muchos quieren, sino por vía directivos de la badana.

Esta situación, demencial y estúpida, se irá pudriendo, en tanto no queden separados con un muro de acero el deporte profesional y el amateur. El primero, con su federación, o federaciones, claro; sus presupuestos incardinados en los estatales, regionales y locales y, en fin, estructurado como un servicio público. El segundo, con sus socie dades anónimas, responsables ante los titulares de acciones para canalizar el negocio, como cualquier otro: una agencia de viajes, un cabaret, un supermercado, y allá cada firma con sus errores económicos y sociales. /

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