Presunto miembro de ETA Militar, muerto en enfrentamiento con la policía en San Sebastián, y otros tres detenidos

Fernando Barrio Olano, presunto responsable del comando legal Sega, de la organización terrorista ETA Militar, resultó muerto pasadas las cinco de la mañana de ayer, en San Sebastián, por disparos de la policía. Tres personas más, componentes del mismo comando, habían sido detenidas previamente en el barrio donostiarra de Inchaurrondo, en el pasaje denominado casa Kayla. La policía ha localizado una pistola Browning, dos escopetas de caza, dos rifles de precisión dotados con mira telescópica, abundante munición, material de transmisión y diversos informes en los que se detalla una serie de pos...

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Fernando Barrio Olano, presunto responsable del comando legal Sega, de la organización terrorista ETA Militar, resultó muerto pasadas las cinco de la mañana de ayer, en San Sebastián, por disparos de la policía. Tres personas más, componentes del mismo comando, habían sido detenidas previamente en el barrio donostiarra de Inchaurrondo, en el pasaje denominado casa Kayla. La policía ha localizado una pistola Browning, dos escopetas de caza, dos rifles de precisión dotados con mira telescópica, abundante munición, material de transmisión y diversos informes en los que se detalla una serie de posibles atentados a realizar en Guipúzcoa, Vizcaya, Alava y Logroño, además de uniformes militares correspondientes a generales, oficiales y suboficiales.

Una nota del Mando Unico para la Lucha Contraterrorista (MULC) afirma que Fernando Barrio disparó varios tiros de pistola contra los policías cuando éstos, utilizando al parecer explosivos, derribaron la puerta del inmueble que habitaba, un sexto piso del número 51 de la calle de San Martín, en San Sebastián.Las balas disparadas por el responsable del comando Sega golpearon en los chalecos antibalas de los agentes, según la citada nota del MULC.

Los vecinos de la casa situada en la céntrica calle donostiarra se mostraban ayer tarde reticentes a facilitar información en torno al suceso, según informa nuestro corresponsal, José Luis Barbería, aunque coincidieron en señalar que la explosión y los estampidos que le sucedieron tuvieron lugar entre las cinco y las 5.30 horas.

Sospechoso de implicación en la muerte de un guardia civil

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Fernando Barrio Olano, de veintinueve años de edad, natural de Pasajes y empleado en una caja de ahorros, vivía, al parecer, con su mujer y con una joven, amiga de la pareja, que en el momento de irrumpir la policía se encontraba durmiendo. El presunto responsable del comando Sega no guarda relación con otro miembro de ETA Militar, vecino de Pasajes y del mismo apellido, que resultó también muerto, hace ya dos años, al explosionarle en las manos una bomba que pretendía colocar en una subestación de Iberduero en Tudela (Navarra).

El piso que ocupaba la pareja, en alquiler, comunica con un ático y, según los vecinos, era muy frecuentado. Tras el suceso, la policía penetró en lugares nocturnos, numerosos en esa zona de la ciudad, solicitando la documentación a las personas que se encontraban todavía en su interior.

Fernando Barrio Olano era ampliamente conocido en Pasajes. Años atrás, cuando trabajaba en una entidad bancaria, fue jefe de la Cruz Roja de la juventud. Personas que le conocían señalaron ayer que era un gran aficionado al rugby, deporte que practicó en un equipo federado, y poseía el título de campeón de perros de caza, actividad que practicaba ocasionalmente.

Según la nota del MULC, Fernando Barrio Olano estaba presuntamente implicado, entre otras acciones terroristas, en el asesinato del guardia civil José Fernández Perlas, de servicio en la garita de entrada al puerto de Pasajes el 13 de junio de este año, al que le dispararon con un rifle Winchester desde una distancia estimada en doscientos metros.

Entre los efectos ocupados en el piso que habitaba el presunto etarra figuran un DNI y un carné de conducir falsos a nombre de Juan Carlos López Iñigo. Los documentos tenían la fotografía correspondiente al joven muerto.

Los vecinos de la casa confundieron con petardos los numerosos estampidos, secos y espaciados, procedentes, al parecer, de armas cortas. Algunas de estas personas, asustadas por el estruendo de la explosión, no se atrevieron a abandonar sus domicilios, mientras que otras afirman que ni siquiera llegaron a enterarse del suceso. Una vecina sostiene que los policías que llevaron a cabo la operación actuaron con gran sigilo hasta derribar la puerta del inmueble.

De otro lado, fuentes policiales han señalado a Europa Press que, además de la operación que concluyó con la desarticulación de un comando terrorista en San Sebastián, hay actualmente en marcha otras acciones incardinadas en la contraofensiva de los servicios de seguridad con motivo de las elecciones legislativas.

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