Cartas al director

La oleada

Hemos conocido dos épocas de muchos robos en España: una, de cosas de poco valor, por hambre, en la posguerra; otra, de cosas de mucho valor, por vicio, en la actualidad.Irrita enterarse de tantos robos; molesta oír decir: "antes no pasaba esto", y entristece ver que la sociedad en buena parte se siente impotente, al mismo tiempo que los medios de comunicación apenas lo consideran noticia.

Muchos pensamos que los encarcelamientos son muy cortos y, lo que es peor, no son regenerativos, porque a los ladrones en condena no habría que separarlos de la naturaleza, aunque sí de la ciudad y de...

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Hemos conocido dos épocas de muchos robos en España: una, de cosas de poco valor, por hambre, en la posguerra; otra, de cosas de mucho valor, por vicio, en la actualidad.Irrita enterarse de tantos robos; molesta oír decir: "antes no pasaba esto", y entristece ver que la sociedad en buena parte se siente impotente, al mismo tiempo que los medios de comunicación apenas lo consideran noticia.

Muchos pensamos que los encarcelamientos son muy cortos y, lo que es peor, no son regenerativos, porque a los ladrones en condena no habría que separarlos de la naturaleza, aunque sí de la ciudad y de la sociedad normal, y habría que obligarlos a vivir de un trabajo, al ser posible de un huerto.

La falta de trabajo, en primer lugar, para las personas decentes, como todos los males sociales, nos lleva a la citada reforma de las estructuras. Elijamos dos ejemplos entre mil: en Andalucía hay mucho paro, mientras el agua de Sierra Nevada se podría canalizar hasta Almería; ciertas oficinas funcionan mal o no funcionan, contra determinados ladrones de guante blanco.

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La llamada seguridad ciudadana avanza, pero muy lentamente; ojalá reciba un fuerte impulso en la próxima legislatura. /

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