"El tan manoseado poder militar es aberrante", afirma Gutiérrez Mellado

"Las Fuerzas Armadas han de ser conscientes de la enorme responsabilidad que recae sobre ellas por delegación del pueblo español. Nunca será bastante el esfuerzo, la dedicación, el adiestramiento de los Ejércitos para enfrentar las amenazas que puedan surgir como consecuencia de nuestra presencia en el ámbito intemacional. Misión honrosísima, que debe excluir cualquier desviación. Nada hay más aberrante y peligroso para los Ejércitos de una nación libre en 1982 que el tan manoseado poder militar con fines nada claros". En estos términos se expresó el teniente general Manuel Gutiérrez Mellado, ...

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"Las Fuerzas Armadas han de ser conscientes de la enorme responsabilidad que recae sobre ellas por delegación del pueblo español. Nunca será bastante el esfuerzo, la dedicación, el adiestramiento de los Ejércitos para enfrentar las amenazas que puedan surgir como consecuencia de nuestra presencia en el ámbito intemacional. Misión honrosísima, que debe excluir cualquier desviación. Nada hay más aberrante y peligroso para los Ejércitos de una nación libre en 1982 que el tan manoseado poder militar con fines nada claros". En estos términos se expresó el teniente general Manuel Gutiérrez Mellado, anterior vicepresidente del Gobiemo para Asuntos de la Defensa, en el seminario sobre Análisis prospectivo de la situación actual, organizado por la Fundación Fundes.Gutiérrez Mellado se refirió a la necesaria integración de las Fuerzas Armadas en la sociedad y señaló tres causas del distanciamiento que aún persiste: el aislamiento de los cuadros de mando, refugiados en cerrados círculos militares; la inferioridad de las remuneraciones del colectivo militar, que impide mantener una vida digna sobre la base de la plena dedicación al mando una vez desaparecida la lacra del pluriempleo, y el factor político, que exige unas Fuerzas Armadas apartidistas, sin que sus cuadros de mando intervengan directa o activamente en el juego político de los partidos. Al Ejército corresponde, añadió, ser espectador apasionado, sereno y atento del desarrollo de la nación en todos los órdenes, incluido el político, cumpliendo siempre su deber a las órdenes del Gobiemo.

El que fuera vicepresidente del Gobiemo para Asuntos de la Defensa recordó la sensibilidad de los Ejércitos en cuanto se refiere a los símbolos de la patria y a los suyos propios, y dijo que la necesaria liturgia con que se presentan en público debe ser aceptada con generosa comprensión. Luego mencionó cuánto daño hacen a la convivencia determinadas frases y actitudes adoptadas por importantes responsables que ocupan elevados puestos.

En el capítulo de las tareas pendientes, Gutiérrez Mefiado destacó la necesidad de continuar la unificación de organismos y servicios en favor de una acción con junta de los tres Ejércitos. Pidió que se despierte en las Fuerzas Armadas una verdadera ansia de saber sobre cosas que antes se consideraban ajenas a la milicia, y que los intelectuales e investigadores se acerquen a los Ejércitos y piensen en ellos a la hora de realizar su fecunda labor. Reclamó una letra que complete nuestro himno nacional y la erección de un monu mento al soldado español muerto en combate, análogo al dedicado por otras naciones a los suyos.

El general estimó que no se vislumbran peligros de subversión organizada ni signos revolucionarios consistentes y alentó a que se olviden todas las diferencias y se produzca la unión entre la lucha contra el terrorismo, lacra de esta época que sufren también otras naciones. En el coloquio que siguió a su intervención, Gutiérrez Mellado dijo que las Fuerzas Armadas habían padecido después de la guerra una grave desatención y que la ayuda americana había adormecido a la industria de armamento española.

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