Cartas al director

Aire fresco

Quizá dentro de un par de semanas los españoles sepamos ya a fecha fija cuándo se van a celebrar las elecciones generales. Los últimos sondeos de opinión publicados por la Prensa y el pálpito de la calle (tan fácil de percibir en estos momentos) ofrecen pocas dudas sobre cuál va a ser el partido ganador, aunque, como es lógico en pluridad democrática, habrá que esperar a los comicios para conocer la exacta correlación de fuerzas en el sistema de partidos.Dicen los comentaristas políticos que la campaña electoral va a ser áspera y puede que también sucia. Yo soy un maestro nacional (maestro, y ...

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Quizá dentro de un par de semanas los españoles sepamos ya a fecha fija cuándo se van a celebrar las elecciones generales. Los últimos sondeos de opinión publicados por la Prensa y el pálpito de la calle (tan fácil de percibir en estos momentos) ofrecen pocas dudas sobre cuál va a ser el partido ganador, aunque, como es lógico en pluridad democrática, habrá que esperar a los comicios para conocer la exacta correlación de fuerzas en el sistema de partidos.Dicen los comentaristas políticos que la campaña electoral va a ser áspera y puede que también sucia. Yo soy un maestro nacional (maestro, y no esa tontería semántica de profesor de EGB con que pretenden llenarnos la boca sin dignificar la profesión ni mejorarnos el coeficiente), que lleva varios años jubilado. Es posible, por mi edad y mi quebrantada salud, que este otoño vaya a votar por última vez en mi vida, después de que la desgraciada historia reciente de mi patria me haya ofrecido tan pocas oportunidades de hacerlo desde que llegué a la mayoría de edad.El otro día, don Alfonso Guerra decía en EL PAIS que "la única posibilidad de aire fresco en este país es el PSOE". Yo también lo creo, y espero que la derecha española, tan roma y montaraz, tenga el patriotismo y el espíritu democrático suficiente para aceptar el veredicto de las urnas si no fuera favorable a sus intereses, y antes, para no envenenar la campaña electoral con manzanas agusanadas.

A mí me gusta el lenguaje del señor Guerra porque rezuma inteligencia, claridad e imaginación, justo lo contrario de lo que le ocurre al repertorio expresivo de otros, que todavía quieren seguir siendo mayoría y, encima, tienen el descaro de decirnos que eso es lo natural y lo conveniente para todos, porqué lo contrario sería cambiar el modelo de sociedad, como si no fuera precisamente el cambio lo que está demandando esta sociedad. /

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