Una población analfabeta

Aunque los datos son difíciles de precisar -todo en torno a los gitanos es difícil de precisar-, parece comprobado que el número de ellos que habita en España se acerca al medio millón. Sólo unos 50.000 están integrados; o desclasados, como dirá quien considera importante que el gitano mantenga su cultura. El resto es un gran colectivo en el que el analfabetismo alcanza el 80%; en el que la mitad de. la población no está ni siquiera inscrita en los registros, porque sus padres pensaron en su día que no merecía la pena hacerlo. Sólo un 7 % acaba el EGB. De esta colectividad han salido un...

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Aunque los datos son difíciles de precisar -todo en torno a los gitanos es difícil de precisar-, parece comprobado que el número de ellos que habita en España se acerca al medio millón. Sólo unos 50.000 están integrados; o desclasados, como dirá quien considera importante que el gitano mantenga su cultura. El resto es un gran colectivo en el que el analfabetismo alcanza el 80%; en el que la mitad de. la población no está ni siquiera inscrita en los registros, porque sus padres pensaron en su día que no merecía la pena hacerlo. Sólo un 7 % acaba el EGB. De esta colectividad han salido un diputado, una docena de universitarios, algunos bachilleres y millares de individuos sin, otro equipaje con el que enfrentarse a la sociedad que el desarrollo del ingenio que les procu ran sus condiciones de vida Un reciente estudio ha permitido establecer que cada catorce años doblan su número.España es el tercer país del mundo en lo que a número de gitanos se refiere, tras Yugoslavia, con 1.500.000. y Hungría, con 700.000. Se les puede encontrar por casi todos los países de Europa, y en todas partes, salvo en Bulgaria, donde se han diluído entree el resto de la población, constituyen una comunidad aparte, que conserva sus costumbres y gusta de vivir de acuerdo a sus propias leyes. Su lengua, el romaní, se conserva apenas en algunos lugares. En España queda su rastro en bastantes de las palabras que utilizan, pero la gramática ha desaparecido. El romaní sirvió para despejar las dudas sobre el origen de esta raza y para seguir el rastro de su larga emigración. Los filólogos establecieron su origen en una región del Norte de la India, que abandonaron hace casi mil años, para dispersarse por Asia y Europa. A España llegaron en 1447 y han sufrido numerosas persecuciones. Hitler también los persiguió, y se calcula que en sus campos de concentración exterminó a medio millón. Durante años se pensó que procedían de Egipto, y corrió la leyenda de que estaban condenados a errar por el mundo porque sus antepasados se negaron a facilitar hospedaje a la Virgen María. De ahí que en muchos países se les conozca por nombres derivados del gentilicio de Egipto.

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