Tribuna:

La reacción de los bancos

La bolsa en su sesión de ayer no ofrecía diferencias fundamentales con la del día anterior, exceptuando lo que puede ser una reacción Favorable, o al menos resistencia, del sector bancario.Poco a poco se van confirmando los rumores de la proximidad de la disolución de las Cámaras, pero ni aun estas noticias logran sacudir la apatía que atenaza a los inversores. Lo único que se espera son fechas concretas del acontecimiento; el resto es cosa sabida.

El sector bancario dio ayer un giro espectacular que sorprendió un poco y dio que pensar un mucho, ya que después de los resultados que ofre...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La bolsa en su sesión de ayer no ofrecía diferencias fundamentales con la del día anterior, exceptuando lo que puede ser una reacción Favorable, o al menos resistencia, del sector bancario.Poco a poco se van confirmando los rumores de la proximidad de la disolución de las Cámaras, pero ni aun estas noticias logran sacudir la apatía que atenaza a los inversores. Lo único que se espera son fechas concretas del acontecimiento; el resto es cosa sabida.

El sector bancario dio ayer un giro espectacular que sorprendió un poco y dio que pensar un mucho, ya que después de los resultados que ofreció el viernes y el martes pasados, casi nadie esperaba un cambio de este tipo,

Pero el caso es que el papel disminuyó -para algunos fue cosa de magia-, y los casi 70.000 títulos de saldo vendedor que presentaba el grupo de los siete grandes hicieron aparecer gestos que no se sabía bien si eran de alegría contenida o simplemente de sorpresa. Pero ahí estaba, algo más de la cuarta parte que el día anterior.

El papel no estaba muy repartido y aparecía casi concentrado en el Central y el Banesto, que entre los dos sumaban 43.000 de los 69.000 títulos; el resto se repartía entre los otros cuatro, ya que el Hispano sólo tuvo un saldo de tres títulos.

Todos repitieron cambio excepto el Central y el Popular, que cedieron tres enteros cada uno al tomar tan sólo el 35% de sus saldos. El resto del sector ofrecía un panorama prácticamente igual, siendo pocos los que sufrieron recortes en el precio de sus acciones. Casi todo el sector repitió.

El grupo de las compañías eléctricas siguió con la floja actuación de la sesión anterior, destacando las pérdidas que sufrieron Hidrola y Sevillana, que dejaron 1,50 y 1,25 puntos, respectivamente.

En el resto de los grupos no hay casi nada que destacar. Todo sigue igual y es muy difícil hacer previsiones, dados los giros tan insospechados que el mercado está ofreciendo. Entre las constructoras, Dragados alcanzó nuevamente la par, sin conseguir ese efecto de rebote que se esperaba.

Continuaron las ausencias de las compañías cementeras, y ésa fue también la nota más destacada del grupo siderúrgico, las ausencias, ya que tan sólo cotizaron siete valores, repitiendo cambio seis de ellos.

La nota ilógica -o demasiado lógica- de la jornada la puso nuevamente Telefónica, que parece empeñada en contener la caída del índice ella sola.

Para la sesión de hoy es sumamente difícil hacer un pronóstico. Parece que el dinero se ha cansado de permanecer inactivo, pero es difícil, como ya se vio la semana pasada, que el mercado cambie su ritmo por obra y gracia de un solo sector, aunque sea, el poderoso grupo bancario.

Sin embargo, también habrá que contar con los deseos de casi todos de acabar el mes en posiciones cómodas, que permitan mirar al otoño con cierta tranquilidad.

Ahora es imposible saber si la reacción del sector bancario es simplemente la búsqueda de una de esas posiciones cómodas o se debe a la afluencia de dinero al mercado.

Lo que sí se puede aventurar es que las sesiones que nos quedan de este caluroso mes van a ser más interesantes que las precedentes.

Archivado En