Masivo ataque aéreo israelí sobre Beirut que hace peligrar las conversaciones

Israel lanzó ayer un masivo ataque aéreo sobre Beirut, el más feroz del largo asedio de la capital libanesa, que puso, una vez más, al borde del fracaso las negociaciones para la evacuación palestina, a las que Beguin ha puesto tres condiciones: relación nominal de los palestinos que evacúen la capital libanesa con precisión de su lugar de destino, ausencia de observadores de la ONU en Beirut y despliegue de la fuerza internacional de pacificación posterior a la salida del grueso de los palestinos.

El nuevo ataque aéreo israelí arrasó los campamentos de refugiados, destruyó más de 400 e...

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Israel lanzó ayer un masivo ataque aéreo sobre Beirut, el más feroz del largo asedio de la capital libanesa, que puso, una vez más, al borde del fracaso las negociaciones para la evacuación palestina, a las que Beguin ha puesto tres condiciones: relación nominal de los palestinos que evacúen la capital libanesa con precisión de su lugar de destino, ausencia de observadores de la ONU en Beirut y despliegue de la fuerza internacional de pacificación posterior a la salida del grueso de los palestinos.

El nuevo ataque aéreo israelí arrasó los campamentos de refugiados, destruyó más de 400 edificios y causó 180 muertos y 340 heridos, en una ciudad que ha visto morir en los dos meses de asedio a más de 4.000 civiles. El bombardeo provocó la protesta del presidente norteamericano, Ronald Reagan, que amenazó con retirar a su negociador, Philip Habib, si no se procedía a un inmediato alto el fuego, que entró en vigor a las cinco de la tarde, hora de Madrid. Horas antes el primer ministro libanés, Chafic Wazan, había dicho: "Si siguen los bombardeos pararemos las negociaciones. Si nos quieren matar, que nos maten. Todo el mundo va a morir, pero Estados Unidos cargará con esa responsabilidad".El ministro de Defensa israelí, Ariel Sharon, principal animador de los ataques masivos contra la capital libanesa, anunció ayer que había quedado en minoría en el Gabinete Beguin, que reunido en sesión extraordinaria decidió "dar todas las posibilidades a las negociaciones que tienen por objetivo la evacuación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Beirut".

"He pasado el Consejo de Ministros más duro de mi carrera", -declaró Sharon a la radio militar israelí-, "mi posición ha sido hasta ahora hacer todo lo posible para la protección de nuestros soldados".

Sin embargo, la eventual solución de la batalla de Beirut no parece alejar la guerra de Líbano. Israel, según todos los indicios, se prepara para iniciar la próxima fase de su invasión, que apunta hacia el norte y el este del país. Desde hace dos días, unidades blindadas israelíes se dirigen en esas direcciones.

Así lo denunció ayer en las Naciones Unidas el embajador libanés, Ghassan Tueni, que calificó el avance israelí como un "acto muy grave" que significa una "nueva escalada en el conflicto". El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas adoptó anoche por unanimidad una resolución que pide a los observadores de la ONU que se encuentran en Beirut o en sus proximidades que preparen un informe sobre la situación en la capital libanesa. La resolución exige a Israel que coopere al desplegamiento de éstos observadores.

En la región de Trípoli, capital de la región norte de Líbano, se encuentran situados dos importantes campos de refugiados palestinos y acuartelada una guarnición siria. En el valle de la Bekaa, al este, se mantiene presente el Ejército sirio, con baterías de mis¡les antiaéreos y unidades palestinas. Hace dos días, unidades blindadas israelíes desembarcaron en la región de Junieh, a unos veinte kilómetros al norte de Beirut.

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