Cartas al director

Inseminación articial

Soy un modesto químico italiano, residente en Alemania y asiduo lector de vuestro periódico. El artículo sobre inseminación artificial en humanos, que aparece el 2 de agosto en EL PAÍS, merece una carta.Pero vamos por pasos.

Primero: el esperma procede de ganadores de premios Nobel. Ante todo, debo decir que los premios Nobel están bastante desacreditados en los medios científicos. Baste decir que Henry Kissinger, quien arma guerras por todo el mundo, es premio Nobel de la Paz.

Pero aquí esto es de secundaria importancia. Lo que se cuestiona es la ¡de a misma de la elección. ¿Qui...

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Soy un modesto químico italiano, residente en Alemania y asiduo lector de vuestro periódico. El artículo sobre inseminación artificial en humanos, que aparece el 2 de agosto en EL PAÍS, merece una carta.Pero vamos por pasos.

Primero: el esperma procede de ganadores de premios Nobel. Ante todo, debo decir que los premios Nobel están bastante desacreditados en los medios científicos. Baste decir que Henry Kissinger, quien arma guerras por todo el mundo, es premio Nobel de la Paz.

Pero aquí esto es de secundaria importancia. Lo que se cuestiona es la ¡de a misma de la elección. ¿Quién o quiénes han determinado que un hombre capaz de sintetizar polietileno merece vivir, y que un inca del Amazonas, Capaz de tallar un pájaro en caoba, tiene que desaparecer? ¿Acaso los especialistas? ¿Especialistas en aumentar la producción?

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Y aquí llegamos al famoso cociente intelectual elaborado por especialistas.

Cuando éramos niños habíamos creado un habla, el jeringoso, que consistía en añadir una p a cada palabra. Así, por ejemplo, para decir "No sé", se decía "Nopo sepe", y los chicos que no entendían eran por nosotros considerados tontos. Bien; las pruebas de inteligencia, una vez explicado sobre qué base están elaboradas, pueden ser resueltas por un imbécil cualquiera, pues no son mas que Jeringoso.

El millonario Graham, que patrocina el banco de esperma, por su parte, afirma: "Quiero que venga al mundo más gente afortunada como yo". ¿Es realmente afortunado Graham? Yo pienso que una violetera madrileña es mucho más afortunada que Graham, ya que sin tantos millones de dólares puede vivir fuera de Estados Unidos.

Sigamos adelante: "El anonimato es esencial (!), pues el niño, al llegara la mayoría de edad, podría hacer reclamaciones de tipo legal a su padre natural". Es decir, reclamar algo. Se le niega así al niño la más elemental alegría de conocer, al menos, a su padre. De nuevo, al niño no se le da absolutamente nada: se le pide, lo cual cabía esperar,de esa gente supuestamente superior./

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