El Gobierno negocia medidas de gracia para 70 antiguos 'etarras'

La necesidad de que la situación no se deteriore -desde que un sector minoritario de ETA Político-militar decidió, el pasado mes de febrero, el abandono definitivo de la lucha armada- y el peligro de que ETA VIII Asamblea inicie una intensa actividad terrorista, que dio comienzo con la colocación de veintidós bombas el pasado 17 de julio, son los principales factores que han dado carácter de urgencia a las conversaciones mantenidas entre el ministro del Interior, Juan José Rosón, y los dirigentes de Euskadiko Ezkerra (EE), que comenzaron hace más de un año.

Juan María Bandrés, dirigente...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La necesidad de que la situación no se deteriore -desde que un sector minoritario de ETA Político-militar decidió, el pasado mes de febrero, el abandono definitivo de la lucha armada- y el peligro de que ETA VIII Asamblea inicie una intensa actividad terrorista, que dio comienzo con la colocación de veintidós bombas el pasado 17 de julio, son los principales factores que han dado carácter de urgencia a las conversaciones mantenidas entre el ministro del Interior, Juan José Rosón, y los dirigentes de Euskadiko Ezkerra (EE), que comenzaron hace más de un año.

Juan María Bandrés, dirigente de esta formación política, declaró a: EL PAIS que las conversaciones están presididas por una lista de setenta personas relacionadas antiguamente con los poli-milis y veintisiete presos, "a fin de que se les aplique alguna medida de gracia".El principal interlocutor de Euskadiko Ezkerra en las conversaciones mantenidas con el ministro del Interior reconoció que el diálogo había cobrado actualidad en este último mes, "quizá por el miedo a que la situación de aquellos militantes que han decidido abandonar la lucha armada, si no se ve de algún modo compensada políticamente, se deteriore". Tras reconocer que la sombra de la vuelta a la actividad terrorista del sector mayoritario de los poli-milis ha planeado sobre las conversaciones, Juan María Bandrés añadió: "Si el año pasado se hubiera encontrado la solución urgente a este problema, probablemente no hubiera existido ETA VIII Asamblea".

Poco antes de que ETA Político-militar anunciara, tras el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, su intención de iniciar un alto el fuego, habían comenzado las negociaciones entre representantes del Gobierno y dirigentes de Euskadiko Ezkerra. Fue el propio Juan María Bandrés el que reconoció en aquella ocasión que "el Gobierno de Madrid inició sus primerísimos contactos con ETApm, inmediatamente después de la visita de los Reyes al País Vasco".

Sin embargo, los encuentros cobraron mayor intensidad hace exactamente un año, mientras ETApm. comenzaba a debatir internamente las repercusiones de su inactividad en el proceso de pacificación del País Vasco. Tras la asamblea que los poli-milis celebraron el pasado febrero se produjo una escisión entre los partidarios de la vuelta a las actividades terroristas y los promotores del abandono definitivo de las armas.

Pasa a la página 9

Las principales fuerzas políticas estaban informadas de las conversaciones del Gobierno y Euskadiko Ezkerra

Viene de la primera páginaEn el contexto de la discusión interna en ETApm y la posterior escisión, se pudo percibir que las conversaciones mantenidas entre Euskadiko Ezkerra y el ministro del Interior -para concretar algunas medidas de gracia para aquellos que lo solicitaban- provocó profunda irritación en el seno de los polimilis. A pesar de que el sector minoritario escindido -el 24% de la organización-, partidario del abandono definitivo de las armas, aseguró, en el curso de una conferencia de Prensa, que no tenían intención de disolverse, lo cierto es que ya en ese mes de febrero se estaban perfilando listas con nombres de personas que podrían salir beneficiadas por algunas medidas de gracia.

En relación a que esta salida fuera considerada similar a las aplicadas en Italia a los "terroristas arrepentidos", el abogado y presidente de Euskadiko Ezkerra descartó tajantemente esa idea: "No estamos en una situación ni siquiera parecida a la de los 'terroristas arrepentidos', porque aquí nadie hace concesión a sus ideologías. Se trata del abandono de la lucha armada, eso es todo, y ante tal situación es preciso hallar soluciones dignas para las personas interesadas. No vamos a aceptar ningún tipo de salida que sea vejatoria para los militantes de ETA que deseen dejar las armas".

"El 'Iendakari' ha estado al corriente"

Juan María Bandrés subrayó que ha existido voluntad política por parte del Gobierno central para hallar soluciones concretas a los militantes de ETA que han optado por el abandono de sus actividades en la lucha armada. "Creo que ha habido dificultades ajenas a la voluntad política, y dificultades lógicas en un Estado de derecho con división de poderes". En este sentido, señaló Bandrés: "Me consta que el tema ha estado alguna vez sobre la mesa del Consejo de Ministros".

Al referirse al papel de interlocutor que ha desempañado Euskadiko Ezkerra en el curso de estas conversaciones con el ministro del Interior, Juan María Bandrés insistió en que su partido no ha pretendido ocultar, en ningún momento, la existencia de este diálogo. "Entre otras personas, el lendakari Carlos Garaikoetxea ha estado al corriente, se le ha mantenido informado de los pasos que se han dado".

En relación con este tema, según pudo saber EL PAIS, los dirigentes de Euskadiko Ezkerra informaron a Felipe González, en calidad de máximo representante de la oposición, de la marcha de las conversaciones en su primera fase. En este último mes, a pesar de que representantes de Euskadiko Ezkerra han intentado volver a informarle de la ronda final de las conversaciones, el encuentro no ha sido posible debido a razones "exclusivamente técnicas".

Euskadiko Ezkerra emplazará al Parlamento

Juan María Bandrés, tras manifestar que su partido "no ha querido monopolizar en ningún momento estas conversaciones", recordó el compromiso que había adquirido el Parlamento Vasco, en el curso de una sesión plenaria celebrada en julio de 1980, en relación a posibles medidas de gracia.

En efecto, el Parlamento aprobó, con los únicos votos favorables del PNV, un dictamen en el que se proponían medidas para conseguir la "auténtica democracia", dada la "situación excepcional" política que se estaba viviendo en el país. Entre los puntos mencionados figuraban: el desarrollo del estatuto, el derecho a la vida, el cese de la violencia y "cuantas medidas de gracia sean necesarias para liquidar los efectos y situaciones personales derivados de las etapas hasta hoy vividas, en favor de la reconciliación de todos con todos".

Emplazamiento para septiembre

En esta línea, Juan María Bandrés anunció a este periódico la intención de su partido de emplazar, en septiembre, al Parlamento para que se pronuncie, una vez más, sobre el tema, a fin de que "la Cámara, como institución juegue un papel determinante en un punto tan importante para la pacificación como es hallar una salida digna para aquellos militantes de ETA que han decidido abandonar la lucha armada definitivamente".

El propio ministro del Interior, Juan José Rosón, ha declarado al diario de Bilbao Tribuna que "no hay negociaciones con ETA", pero matiza: "Hay, sí, una serie de contactos en los que se contempla la situación en que se encuentra una serie de personas que pertenecieron a ETApm, pero que abandonaron la violencia desde hace más de un año, y que hoy se agrupan en la llamada ETApm VII asamblea".

Añade el ministro que hay una serie de casos "para cuya solución es preciso el diálogo con las fuerzas políticas, antes de llegar a planteamientos y decisiones que corresponden a la autoridad judicial", y agrega que, partiendo del hecho, positivo de que esas personas ya no practican la violencia, "ahora, insisto, hay que arbitrar soluciones".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En