El régimen militar polaco suaviza las medidas de excepción

El general Wojciech Jaruzelski, jefe del Gobierno y del partido comunista polaco (POUP), anunció ayer la liberación de más de un millar de los internados o detenidos por motivos políticos, y se refirió, por vez primera en los siete meses que dura ya el estado de guerra en Polonia, a la posibilidad de una normalización de la vida política en el país.

Sin hacer concesiones al sindicato independiente Solidaridad, cuyos dirigentes quedan de hecho excluidos de todo diálogo con el Gobierno de Varsovia, Jaruzelski se comprometió a levantar el estado de sitio antes de que finalice el presente a...

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El general Wojciech Jaruzelski, jefe del Gobierno y del partido comunista polaco (POUP), anunció ayer la liberación de más de un millar de los internados o detenidos por motivos políticos, y se refirió, por vez primera en los siete meses que dura ya el estado de guerra en Polonia, a la posibilidad de una normalización de la vida política en el país.

Sin hacer concesiones al sindicato independiente Solidaridad, cuyos dirigentes quedan de hecho excluidos de todo diálogo con el Gobierno de Varsovia, Jaruzelski se comprometió a levantar el estado de sitio antes de que finalice el presente año, a condición de que "las circunstancias lo permitan". El primer secretario del POUP hizo esta declaración durante un discurso pronunciado ante la Dieta o Parlamento polaco con ocasión de la fiesta nacional, y anunció también la puesta en libertad de 1.227 de los internados desde el golpe de Estado de diciembre pasado.Sin embargo, otros 637 detenidos, entre ellos el dirigente máximo de Solidaridad, Lech Walesa, continuarán internados en centros especiales, sin que hasta el momento exista una acusación concreta contra ellos.

Jaruzelski aludió también a la proyectada visita a Polonia del papa Juan Pablo II y dijo que sería bienvenido "el año próximo", cerrando así la posibilidad del proyectado viaje papal en el próximo agosto, con ocasión del centenario de la Virgen de Czestochowa.

Al mismo tiempo, el régimen militar polaco decretó una serie de medidas que suavizan el estado de guerra vigente en el país y que van desde el establecimiento de las comunicaciones telefónicas hasta la agilización de los trámites para obtener pasaporte por parte de los ciudadanos polacos con familiares en el extranjero.

Un reajuste ministerial se produjo simultáneamente en el Gobierno polaco, y el aspecto más significativo del mismo ha sido el nombramiento de Stefan Olzowski, ex secretario del POUP y considerado un duro, como ministro de Asuntos Exteriores. Según observadores occidentales, esto supone un retroceso importante de Olzowski en la maquinaria de poder del POUP.

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