Liquidación del Ateneo

Es increíble que una institución como el Ateneo de Madrid haya llegado a un grado de postración tan evidente. Tras dos años de una llamada gestión -más bien ingestión por un grupo de desconocidos-, después de unas elecciones vergonzantes para todos, ahora, y nada menos que el 20 de julio, a solas y a escondidas, quieren colocar un reglamento espúreo, que nadie sabe de dónde ha salido, pues al reglamento vigente, aprobado democráticamente, no se parece en nada.El colectivo de socios, los mozos de la biblioteca, los bibliotecarios, etcétera, no cuentan para nada; jamás, en varios años, se le...

Es increíble que una institución como el Ateneo de Madrid haya llegado a un grado de postración tan evidente. Tras dos años de una llamada gestión -más bien ingestión por un grupo de desconocidos-, después de unas elecciones vergonzantes para todos, ahora, y nada menos que el 20 de julio, a solas y a escondidas, quieren colocar un reglamento espúreo, que nadie sabe de dónde ha salido, pues al reglamento vigente, aprobado democráticamente, no se parece en nada.El colectivo de socios, los mozos de la biblioteca, los bibliotecarios, etcétera, no cuentan para nada; jamás, en varios años, se les ha recibido y escuchado. Como en las elecciones, desconocemos el estado económico de la institución, qué socios tienen derecho a votar. Incluso para algo tan grave como la "disolución del Ateneo" bastan, según los mandos actuales, los votos "representados".

Exactamente igual que en los inolvidables tiempos de un tal Fraga y un tal Robles Piquer, su cuñado. / socio del Ateneo.