La devaluación del franco

En un mundo desgarrado por la crisis económica, la gestión de un país es un asunto serio que no tolera la improvisación y la mediocridad.Antes de la aplicación del programa socialista sabíamos que llevaría al país a la ruina. Después de dos devaluaciones en ocho meses, el fracaso era evidente. Ha llegado la hora de cambiar de política. Una Francia fuerte, una Francia justa, requiere tres condiciones: primera, que los grandes equilibrios de la economía sean irestablecidos; segunda, que las empresas, única fuente de riquezas, sean sanas y poderosas; la tercera, que renazca la confianza.

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En un mundo desgarrado por la crisis económica, la gestión de un país es un asunto serio que no tolera la improvisación y la mediocridad.Antes de la aplicación del programa socialista sabíamos que llevaría al país a la ruina. Después de dos devaluaciones en ocho meses, el fracaso era evidente. Ha llegado la hora de cambiar de política. Una Francia fuerte, una Francia justa, requiere tres condiciones: primera, que los grandes equilibrios de la economía sean irestablecidos; segunda, que las empresas, única fuente de riquezas, sean sanas y poderosas; la tercera, que renazca la confianza.

Ahora bien, ¿qué se nos propone para acompañar la devaluación del franco? Sólo un plan fraguado a toda prisa y que no ataca ránguno de los verdaderos problerrias de Francia. (...)

La oferta y la demanda. La amputación del poder de compra, consecuencia al bloqueo de los salarios, frenará la demanda interior. Los franceses comprarán menos. Esto significa el estancamiento de la economía, y a largo plazo, el aumento inevitable del paro.

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Se comprende ahora el sentido del mensaje del presidente de la República: Nuestra política tia fracasado, pero se proseguirá por el mismo camino.

, 15 de junio

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