Tribuna:

Un puente sobre aguas poco turbulentas

Poco juego ha dado la última jornada semanal de las bolsas españolas. El hecho de ser viernes, junto al otro -más típicamente nacional- de coincidir con el puente del Corpus Christi, configuraron una sesión presidida por la inhibición y la desgana.A los mercados españoles poco parece haberles importado la escalada bélica en Oriente Medio o la confusa situación en las Malvinas. Incluso más aún: han pasado olímpicamente de los rumores políticos interiores sobre la situación del presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, de las pretendidas presiones de los grupúsculos golpistas dentro...

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Poco juego ha dado la última jornada semanal de las bolsas españolas. El hecho de ser viernes, junto al otro -más típicamente nacional- de coincidir con el puente del Corpus Christi, configuraron una sesión presidida por la inhibición y la desgana.A los mercados españoles poco parece haberles importado la escalada bélica en Oriente Medio o la confusa situación en las Malvinas. Incluso más aún: han pasado olímpicamente de los rumores políticos interiores sobre la situación del presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, de las pretendidas presiones de los grupúsculos golpistas dentro del Ejército, de las verdaderas intenciones de la nota de la Junta de Jefes del Alto Estado Mayor, etcétera, etcétera.

A todo ello se ha respondido con la apatía y las ganas de marcharse a pasar unos días al campo o a la playa. Prueba de ello es que los índices generales poco han dado de sí. Ligeras mejoras en todos ellos, eso sí, pero demasiado pequeñas como para que tengan significado alguno. Madrid ganó quince centésimas; Barcelona, siete; Bilbao, 38, y Valencia, 63.

Constituyó la nota más destacada el comportamiento del Banco de Santander, que no hizo operación alguna ante la avalancha de órdenes compradoras por un total estimado en 244.000 títulos, y que llevaron a este valor a avanzar seis puntos con relación al cambio anterior. Para explicar este fenómeno hay que referirse a todos los rumores que circularon sobre las últimas intenciones de esta entidad, entre los que cabe destacar la posibilidad de repartir un cupón complementario y cuyo valor aumentaba de cinco duros en cinco duros según se avanzaba cada metro del parqué. Y es que, en bolsa, los rumores pueden cotizar mejor que el más brillante de los balances oficiales.

En el resto del sector bancario pocas sorpresas. Las repeticiones constituyeron la nota dominante, como ocurrió para el Banesto, Bilbao, Finanzas, Herrero, Hispano, Pastor, Popular y Vizcaya. Mientras que, por el contrario, el Banco de Valencia descendió dos enteros y Bankinter ganó un entero.

Mejoró algo la situación de los valores eléctricos, que parecen ya haber superado la ratificación socialista respecto a sus deseos nacionalizadores de la red de alta tensión. Así, el sector, en general, se mostró bastante equilibrado, con cierta tendencia a los le ves recortes. Saltos del Nansa ganó un entero; Fecsa e Iberduro, 0,75, y Sevillana, medio entero. En el extremo opuesto, Hidrola y Reunidas de Zaragoza perdieron 0,75; Unión Eléctrica, 0,50, e Hidroeléctrica de Cataluña, 0,25. A destacar el cierre de Iberduero, que ganó 0,75 ante la sorpresa casi general de los asistentes. El resto de los sectores se mostró más pausado, no registrándose grandes cosas dignas de mención. Si acaso, la baja de cinco enteros en Dragados -que continuaba así en el signo descendiente-, y de 0,50 en Vallehermoso. En las químicas, Petróleos ganó 0,75 enteros, mientras que Aragonesas perdía dos enteros, y Explosivos cedía 0,50. Para la próxima semana no se esperan grandes cambios, habida cuenta de la apatía generalizada y -otra nota típicamente española- el inicio del Mundial de Fútbol, que permiten albergar pocas esperanzas de reactivación de los mercados. España y yo somos así, señores.

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