Cartas al director

El público, la ópera y Pilar Miró

Haro Tecglen vuelve a la carga, así se podría denominar su artículo "El público de la ópera y el caso Pilar Miró". Nada, que el señor Tecglen está empeñado en que somos una momias ridículas además de residuales y que hacen esfuerzos por vestirse, supongo que usted se calzará, se pondrá los pantalones y lo demás igual que nosotros, de manera que usted también hace esfuerzos por vestirse, estaría mucho mejor que hubiese dicho que se viste de una forma que a usted no le place, cosa que me parece estupendamente; cada uno es dueño de taparse con lo que le dé la gana o, si lo pr...

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Haro Tecglen vuelve a la carga, así se podría denominar su artículo "El público de la ópera y el caso Pilar Miró". Nada, que el señor Tecglen está empeñado en que somos una momias ridículas además de residuales y que hacen esfuerzos por vestirse, supongo que usted se calzará, se pondrá los pantalones y lo demás igual que nosotros, de manera que usted también hace esfuerzos por vestirse, estaría mucho mejor que hubiese dicho que se viste de una forma que a usted no le place, cosa que me parece estupendamente; cada uno es dueño de taparse con lo que le dé la gana o, si lo prefiere así, puede no taparse.Pero todo esto es accesorio, lo que importa es su obstinación en calificarnos de grupo de presión, inmovilistas absolutistas y excluyentes, como si de una lección aprendida en su niñez se tratase. A Pilar Miró se le abucheó porque lo que hizo con Carmen fue una birria; primero, el movimiento de escena no fue conservador, fue torpe, cayendo en todos los tópicos de la ópera mala, de hace muchos años, el vestuario no fue audaz, lo del blanco y negro se ve en los teatros de ópera de otros pagos desde tiempos de Mari Castaña, o sea, que quizá vea usted audacia en ello porque dudo que haya pisado con asiduidad, yo sí, esos grandes teatros antes mencionados y en el caso. de que lo haya hecho, su defensa de Pilar Miró me parece de un paternalismo desfasado. A una persona inteligente, como pienso que ella es, no creo que le hagan falta panegíricos, porque espero que se le brinden otras ocasiones de demostrar su valía, y ya verá usted como los fósiles la aplaudimos.

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Para no distraerle más, me permito aclararle que el año pasado Paco Nieva no sufrió con su Tosca la misma suerte que Pilar Miró, porque Nieva sí que es un hombre de teatro como la copa de un pino y lo que hizo, salvo excepciones, nos gustó muchísimo, a mí y a todos los que me rodeaban. Por cierto, habla del público del Metropolitan (el más conservador), del Coven Garden, de la ópera de París, de la Scala, y se olvida del público del más avanzado de los teatros de ópera del mundo, Bayreuth, por si no lo sabe, allí se representan desde hace un siglo las óperas de un tal Wagner, nazi y grandilocuente, pues bien, usted podía enfermar de los nervios si escuchase los bufidos, aplausos, gritos de protestas y alabanza que allí se organizan y no creo que ni Cheraux, ni Gotz Friedrich, ni Harry Kupfer, ni Ponelle hayan dirigido nunca el Crimen de Cuenca. / Talavera.

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