Dificultades de última hora retrasan la firma del tratado con EE UU

El nuevo Tratado de Amistad y Cooperación entre España y Estados Unidos, que sustituirá al que vence el próximo viernes, difícilmente estará listo a tiempo, dado que subsisten algunas de las principales dificultades entre ambas partes negociadoras, según se reconoció ayer en medios diplomáticos. Pese a los esfuerzos de última hora por acelerar la conclusión del nuevo tratado -el viernes pasado se celebro una nueva reunión plenaria, presidida, como es habitual, por el secretario de Estado de Exteriores Mañueco y el embajador norteamericano Terence Todman-, no parece que éste pueda estar listo c...

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El nuevo Tratado de Amistad y Cooperación entre España y Estados Unidos, que sustituirá al que vence el próximo viernes, difícilmente estará listo a tiempo, dado que subsisten algunas de las principales dificultades entre ambas partes negociadoras, según se reconoció ayer en medios diplomáticos. Pese a los esfuerzos de última hora por acelerar la conclusión del nuevo tratado -el viernes pasado se celebro una nueva reunión plenaria, presidida, como es habitual, por el secretario de Estado de Exteriores Mañueco y el embajador norteamericano Terence Todman-, no parece que éste pueda estar listo cuando, el día 21, venza el texto actualmente en vigor, de septiembre de 1.976.

Si no se logra renovar para esta fecha, Estados Unidos, según el artículo octavo del actual tratado, cuenta con un año para desmantelar sus bases en España, pero fuentes diplomáticas estiman que una prórroga tácita de varios días, que no necesitaría de autorización parlamentaria, serviría para limar las últimas diferencias.Aparentemente, la prórroga de ocho meses concedida al viejo tratado -prórroga que concluye el viernes- no ha resultado suficiente, dado que se mantienen divergencias en cuanto al uso de las bases norteamericanas en territorio español, en cuanto al monto de las compensaciones que Estados Unidos debe pagar por el uso de estas bases y en lo que se refiere al respeto a la soberanía española en caso de que se intente utilizar las bases para una finalidad no deseada por la diplomacia de Madrid. El secretario de Estado norteamericano, Alexander Haig, trató de venir hoy a España y forzar la firma del tratado, dado que, según fuentes estadounidenses, las únicas dificultades provienen de parte española. Sin embargo, a última hora, Haig desistió de sus propósitos.

También se había citado la incertidumbre respecto al ingreso de España en la OTAN como una de las causas que demoraban la redacción de un texto definitivo del nuevo tratado. Pero, pese a que José Pedro Pérez-Llorca no ha asistido en Luxemburgo a la sesión de primavera de los quince ministros de Asuntos Exteriores de la Alianza, se afirma que España será miembro de la OTAN antes de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno occidentales que se celebrará en Bonn el próximo 10 de junio. Así lo dijo ayer el secretario general de la organización aliada, Joseph Luns, al inaugurar esta sesión de primavera.

Pérez-Llorca habría decidido declinar la invitación de sus colegas atlánticos para asistir a esta sesión de primavera como observador ante la posibilidad de que en la reunión se condenara nuevamente a Argentina por el tema de las Malvinas, como así ha ocurrido. La OTAN reiteró ayer en Luxemburgo su "apoyo total" al Reino Unido en el conflicto del Atlántico sur.

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Editorial en la página 12

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