Tribuna:

Una actividad prácticamente testimonial

La bolsa continúa, aparentemente, dispuesta a desesperar a los más conspicuos inversores, mostrando una sucesión de reuniones en las que la de ayer constituyó un eslabón más, donde la orientación resulta claramente bajista y la actividad desarrollada en los corros donde se negocian los distintos valores no pasa de ser prácticamente testimonial, pero fundamentalmente como consecuencia de la ausencia de órdenes de compra, ya que las ventas aparecen rápidamente tan pronto como algún operador arriesgado pone de manifiesto su intención de tomar algunos cientos de títulos, aunque sea por debajo de l...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La bolsa continúa, aparentemente, dispuesta a desesperar a los más conspicuos inversores, mostrando una sucesión de reuniones en las que la de ayer constituyó un eslabón más, donde la orientación resulta claramente bajista y la actividad desarrollada en los corros donde se negocian los distintos valores no pasa de ser prácticamente testimonial, pero fundamentalmente como consecuencia de la ausencia de órdenes de compra, ya que las ventas aparecen rápidamente tan pronto como algún operador arriesgado pone de manifiesto su intención de tomar algunos cientos de títulos, aunque sea por debajo de los precios de la jornada anterior.Esta es precisamente la característica que viene pesando con mayor fuerza sobre la evolución negativa de los precios de los valores de renta variable. La ausencia prácticamente total de órdenes de compra comienza a resultar más evidente, a medida que los especialistas pierden la fe en poder generar movimientos alcistas, de claro signo especulador, sobre valores concretos; y es que la demanda va perdiendo día a día el pudor de que vertía haciendo gala y se emplea con mayor fuerza, ante lo que muchos; operadores consideran Un ciclo negativo, cuyo fin está aún lejano.

Por ello, las inefables aportaciones al índice general que realiza Telefónica no son suficientes para invertir el signo negativo de los índices generales, y como sólo quedan -aparte del monopolio del teléfono- las eléctricas como sociedades que despiertan algún interés por los inversores, el panorama bursátil se tiñe a diario de negros nubarrones y los índices generales de las cuatro bolsas se aproximan a la cota fatídica del cien por cien cada vez más rápidamente.

Queda por desvelar si las fuerzas vivas del mercado actuarán con contundencia para evitar el riesgo de que la pérdida de la par en los índices generales traiga consigo una inmediata acentuación de los procesos bajistas, extremo éste que no duda casi ninguno de los especialistas que a diario concurren a las salas de contratación bursátil.

Quizá los casos de impotencia más evidentes que se están viendo en las últimas reuniones son las de algunos valores del grupo bancario. Las acciones de estas sociedades, tradicionalmente las de mayor fuste en los mercados nacionales de valores, se ven acometidas por la carcoma de las órdenes de venta, que, al no ser cubiertas en su totalidad, a diario forman con su acumulación algo parecido a un tal)ón, con las ventas pendientes de días anteriores más las que se generan a diario.

Así, Banesto sumó ayer, sólo en el mercado madrileño, un saldo vendedor de casi 78.000 títulos, de los que tomaba un 33%, perdiendo su cotización cinco enteros. Bilbao y Santander superaban las 25.000 acciones de diferencia entre ventas y compras, tomando el 40% y perdiendo tres enteros. Estos eran los tres valores, dentro del grupo de los siete grandes, que mayor volumen de oferta presentaba, pero el resto de sus compañeros, en general, superaban los 10.000 títulos de saldo vendedor, y tampoco tenían mayores facilidades para mantener las cotizaciones precedentes, con lo que los repliegues se generalizaron, y, como anécdota, cabe destacar la resistencia, inusual en él, que ayer opuso el Popular a acercar su cotización al precio que le marcaba la caja.

Archivado En