Los resultados electorales de Andalucía darán la medida del liderazgo de Calvo Sotelo

El 24 de mayo, establecidos los resultados electorales del parlamento regional de Andalucía, el liderazgo del presidente Calvo Sotelo habrá dado su medida y quedará sancionado el futuro del centrismo y el del actual Gobierno de la nación, según estimación muy extendida en los medios políticos. Las encuestas que actualmente maneja el ministerio de la Presidencia ofrecen un panorama muy desfavorable para el inquilino de la Moncloa. Y en esta situación no se descarta que los acontecimientos se precipiten en el interior de Unión de Centro Democrático (UCD) en forma dé asamblea extraordinaria o de ...

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El 24 de mayo, establecidos los resultados electorales del parlamento regional de Andalucía, el liderazgo del presidente Calvo Sotelo habrá dado su medida y quedará sancionado el futuro del centrismo y el del actual Gobierno de la nación, según estimación muy extendida en los medios políticos. Las encuestas que actualmente maneja el ministerio de la Presidencia ofrecen un panorama muy desfavorable para el inquilino de la Moncloa. Y en esta situación no se descarta que los acontecimientos se precipiten en el interior de Unión de Centro Democrático (UCD) en forma dé asamblea extraordinaria o de reunión de notables análoga a las inolvidables de la casa de la pradera en junio de 1980

Las encuestas sobre intención de voto en los comicios regionales de Andalucía, convocados para el próximo 23 de mayo, que manejaba el Gobierno en la pasada semana arrojaban estos resultados: 57% PSOE;18%, UCD; 14%, PSA; 8%, AP y 3% PCE. En estas condiciones el aparato centrista no acaba de comprender las reiteradas afirmaciones del presidente Leopoldo Calvo Sotelo empeñado en asegurar que UCI) en Andalucía va a dar la sorpresa.Estas predicciones son observadas con sospecha por Felipe González, secretario general del PSOE, quien declaraba el pasado jueves a EL PAIS el presentimiento de que encierran una maniobra para vender a la opinión pública como un fracaso socialista todo lo que no sea una victoria del puño y la rosa por mayoría absoluta.

La gravedad de los sondeos -mencionados acerca del 23 de mayo andaluz se incrementa con los datos aportados en otras dos encuestas realizadas por encargo del Gobierno. La primera de ellas obedece a una modalidad escasamente ensayada y refleja el rechazo que suscitarían los líderes de los cuatro primeros partidos parlamentarios, como presidentes del Gobierno. La pregunta que se formula a los encuestados viene a ser la de cuál de los cuatro le parece más rechazable como presidente del Gobierno. Los resultados los escalafonan por este orden: un 58% rechaza a Santiago Carrillo como presidente; un 45%, a Leopoldo Calvo Sotelo; un 38%, a Manuel Fraga y un 22% a Felipe González.

Un líder histórico del centrismo recordaba el miércoles a EL PAIS la importancia constatada del liderazgo personal en los resultados electorales. Argumentaba que en vísperas del 1 de marzo de 1979 los sondeos más fiables atribuían un 29%. de votos favorables al PSOE y un 27% a UCD. Mientras que en aquellas mismas fechas las encuestas de liderazgo atribuían un 30% a Felipe González y un 35% a Adolfo Suárez. Pues bien, los resultados reales de aquellos comicios computaron un 29,9% de votos socialistas y un 34,3 de votos centristas, es decir, prácticamente repitieron las cotas favorables a los líderes de una y otra banda. Ahora, la última encuesta de liderazgo disponible contabiliza para Felipe González un 40% mientras que a Leopoldo Calvo Sotelo le señala un 8%.

Más acá de las cifras, la propia reunión del consejo político centrista, máximo órgano entre congreso y congreso, dió la mas cabal impresión de pérdida de pulso político. En Moncloa parece que se han sacado a nivel doméstico las primeras consecuencias. Un equipo formado con urgencia ha recibido el encargo de proceder a relanzar la imagen del presidente. Malevolamente círculos centristas hablan de una nueva edición de los fontaneros que en la etapa Suárez concitaron tantas críticas periodísticas. Al frente del equipo de imagen figuran José Ramón Caso y Daniel Busturia, veteranos de otras campañas.

Arlabán, sede del comité ejecutivo centrista, vive momentos de tensión. Suben de tono los comentarios sobre los cortes que en público prodiga el presidente Calvo Sotelo al secretario general de UCD, Iñigo Cavero. Se insiste en que es el secretario de organización, Pedro José López Jiménez -hombre afecto a la operación liberal de Antonio Garrigues Walker-, quien tiene las complacenc¡as presidenciales y puentea ampliamente al ex ministro de Cultura. También circula con disgusto el nivel monetario de la retribución que compensa los desvelos de López Jiménez que está cifrada por encima de las 800.000 pesetas.

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Problemas con Suárez

Otra de las dimensiones del actual momento centrista viene marcada por las nuevas dificultades con el anterior presidente, Adolfo Suárez. En los días iniciales de Calvo Sotelo como presidente, por exigencias del guión para fletar el Leopoldo style se desató la necesidad de subrayar peyorativamente las diferencias con el inquilino precedente de la Moncloa. Se hablaba incluso del insoportable olor a ducados que impregnaba los muros de aquel palacio.

Se abrió luego una tregua de meses rota en otoño pasado con la,durísima ofensiva para el exterminio de los suaristas del aparato del partido. Esta fase concluye a finales de noviembre al ser defenestrados Agustín Rodríguez Sahagún y Rafael Calvo Ortega de la presidencia y secretaría general de UCD para dejar así hueco al desembarco leopoldista. Al día siguiente de posesionarse, los nuevos dirigentes advirtieron la ineludible necesidad de pactar con el Suárez que acababan de desalojar.

Ahora se barrunta un cambio brusco de tercio que devolverá las hostilidades aparato leopoldista-Adolfo Suárez a su peor momento. La negativa de este último a participar en la campaña elctoral andaluza, pese a la insistencía con que se le ha rogado por el propio Calvo Sotelo, parece ser la señal desencadenante de una nueva campaña anti Suárez que pronto se plasmará en signos inequívocos.

En las filas gubernamentales se cree que las preferencias del presidente Calvo Sotelo le inclinarían a demorar al máximo las elecciones aunque para ello tuviera que ensayar en septiembre algún ensamblaje con fuerzas consideradas afines, tanto en el terreno parlamentario como en el puramente gubernamental. Por eso se habla ya de la crisis de septiembre en la que se da como valor seguro a Alfonso Osorio y como muy probable la aportación de algún hombre de Convergencia, si la LOAPA no lo impide. Rodolfo Martín Villa vuelve a ser insinuado como sustituto de Iñigo Cavero en la secretaría leneral de UCD.

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