Tribuna:

Debilidad y falta de perspectivas favorables

Nuevas sesiones escasamente interesantes en las que la única característica destacable la constituyó la confirmación de la debilidad de¡ mercado y la escasa disposición de los inversores institucionales a tomar posiciones, quizá por temor al previsible endurecimiento en las condiciones del mercado interbancario y, con ello, del precio del dinero.En lo que fue la pura operativa diaria se podría apuntar la menor presión vendedora de que fueron objeto los valores bancarios de primera línea, el discreto sostenimiento de las eléctricas, la debilidad y falta de definición de los sectores industriale...

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Nuevas sesiones escasamente interesantes en las que la única característica destacable la constituyó la confirmación de la debilidad de¡ mercado y la escasa disposición de los inversores institucionales a tomar posiciones, quizá por temor al previsible endurecimiento en las condiciones del mercado interbancario y, con ello, del precio del dinero.En lo que fue la pura operativa diaria se podría apuntar la menor presión vendedora de que fueron objeto los valores bancarios de primera línea, el discreto sostenimiento de las eléctricas, la debilidad y falta de definición de los sectores industriales y la escasa pujanza del sector de inversión, que como es lógico se ve afectado por la atonía general del mercado.

En comportamiento de valores concretos cabría señalar la pequeña recuperación de Telefónica, medio punto ganó en el mercado madrileño, tras el desfallecimiento que sufrió en las reuniones de inicio de la semana y que vino a representar algo así como un reconocimiento testimonial a las fuertes pérdidas que habían ocasionado a la compañía el atentado terrorista del pasado fin de semana. No obstante, la reacción fue prácticamente fulminante, y su aportación resultó, un día más, inapreciable para contribuir a frenar la caída de los índices generales que muestran una proximidad preocupante con el índice 100 de primeros de año.

Según los comentarios más extendidos entre los especialistas, nos enfrentamos con una bolsa "muy rarita" en la que prácticamente puede ocurrir de todo. La propia tendencia del mercado, en el supuesto caso de que esta no fuese corregida por alguna mano protectora, muestra unas claras intenciones de mantener la trayectoria bajista. Si por el contrario los criterios estratégicos se imponen, indudablemente se tienen que producir en breve plazo los consabidos toques a los valores clásicos, pues en lo que casi todo el mundo está de acuerdo es en que si los índices pierden la par se puede acelerar la tendencia bajista, lo que produciría previsiblemente una situación conflictiva de difícil solución a corto plazo.

La desconfianza de los especialistas se viene dando por razones de dos tipos. Por una parte la vertiente política del país no contribuye a serenar los ánimos de los responsables de las políticas inversoras de las principales entidades financieras. Los resultados de las elecciones al Parlamento andaluz, la escalada terrorista, la complicada situación interna de UCD y el deterioro de la imagen del presidente Calvo Sotelo, que están dando alguno de los últimos sondeos de opinión, son elementos que se evalúan casi a diario por los inversores, y acostumbran a arrojar un balance negativo.

Por otra parte, las propias razones técnicas sobre la previsible evolución de la política monetaria también pesan en las decisiones de los encargados de colocar los mayores flujos de dinero en nuestro país. El hecho de que los depósitos de los siete grandes de la banca privada hayan crecido, en tasa interanual, al mes de marzo pasado, en un 19,5% desborda claramente las previsiones de crecimiento de las disponibilidades líquidas previstas por la autoridad monetaria, que se cifran en torno al 15%.

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