Tribuna:

Progresivo deterioro en los mercados de valores nacionales

El mercado, o quizá mejor dicho los especialistas, por fin definieron la tendencia declinante del mercado de valores, que por momentos resulta más evidente. La práctica mayoría de los sectores que convencionalmente componen el índice general expresaron diferencias negativas, que fueron producidas más por la continencia de la demanda, que por la excesiva presencia de órdenes vendedoras.Esta falta de confianza de los especialistas afectó,, casi por igual, a la totalidad de los valores que se negociaron, aunque cabe hablar de una mayor debilidad en los sectores punteros, que se concretaban en las...

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El mercado, o quizá mejor dicho los especialistas, por fin definieron la tendencia declinante del mercado de valores, que por momentos resulta más evidente. La práctica mayoría de los sectores que convencionalmente componen el índice general expresaron diferencias negativas, que fueron producidas más por la continencia de la demanda, que por la excesiva presencia de órdenes vendedoras.Esta falta de confianza de los especialistas afectó,, casi por igual, a la totalidad de los valores que se negociaron, aunque cabe hablar de una mayor debilidad en los sectores punteros, que se concretaban en las bajas de algunos bancos y de las eléctricas más importantes.

Las subidas en los tipos de interés practicados que viene reflejando el mercado interbancario, que el pasado martes llegaron a superar el 20%, está causando estragos en los mercados de valores. La razón es bien simple. Los principales bancos comienzan a diseñar estrategias defensivas frente a la posibilidad de que estos altos tipos se mantengan, y buscan dotar a sus recursos ociosos de la mayor liquidez posible.

Pero la subida del interbancario responde, a unas razones concretas. Las necesidades de financiar el importante déficit público contemplado en los Presupuestos Generales del Estado y las poco tranquilizadoras previsiones sobre la evolución del la balanza de pagos española constituyen unos elementos desestiabilizadores de la situación financiera actual.

Por otra parte la situación de España, tanto geográfica como económica, hacen que la comunidad financiera internacional nos englobe dentro de los países con economías y divisas débiles, que corresponden al área mediterránea. La situación de Francia e Italia, resulta por demás clarificadora, y puede marcar el sendero a enfilar por el sistema financiero nacional.

El fortalecimiento del dólar y la progresiva fuerza del marco alemán junto con el franco suizo, que según las previsiones de los expertos internacionales se acentuarán en los próximos meses, constituyen unas razones lo bastante poderosas corno para que las principales instituciones del Estado español comiencen a reconsiderar sus previsiones para el ejercicio, a pesar de que en contra pesan las tradicionales razones de facilidad crediticia y reactivación que suelen acompañar a las campañas preelectorales.

Volviendo sobre el tema estrictamente bursátil, las pérdidas que experimentaron los valores eléctricos de mayor renombre (Hidrola, Fecsa e Iberduero) acapararon la atención de los especialistas. Estos movimientos se corresponden con la mayor competitividad que ha comenzado a presentar el mercado interbancario, si excluimos el caso de Iberduero que pagaba las alegrías de las semanas anteriores.

La diferencia de tres puntos aproximadamente que se plantea entre los precios de las acciones viejas de este valor y las de la emisión de 1978, en favor de las primeras, carece (le justificación, por cuanto la diferencia de derechos económicos que representa es de medio duro en el mejor de los casos. Esta circunstancia probablemente está favoreciendo un arbitraje entre los dos tipos de acciones que debilita a las viejas, en favor de las nuevas.

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