Mayor debilidad en las cuatro bolsas

La apatía de los inversores tuvo ayer una mayor influencia en los mercados de valores nacionales, sobre todo a partir de que las órdenes de venta comenzaron a presionar con más insistencia en los valores considerados como selectos.Todos los índices parciales en los que se divide la bolsa madrileña experimentaron variaciones negativas con la única excepción del indicador del grupo de varios, que capitalizaba la subida de cuatro puntos de la Unión y el Fénix, valor que aparece inmerso, una vez más, en las prácticas especulativas que acostumbran a determinar sus trayectorias.

La inoperanci...

La apatía de los inversores tuvo ayer una mayor influencia en los mercados de valores nacionales, sobre todo a partir de que las órdenes de venta comenzaron a presionar con más insistencia en los valores considerados como selectos.Todos los índices parciales en los que se divide la bolsa madrileña experimentaron variaciones negativas con la única excepción del indicador del grupo de varios, que capitalizaba la subida de cuatro puntos de la Unión y el Fénix, valor que aparece inmerso, una vez más, en las prácticas especulativas que acostumbran a determinar sus trayectorias.

La inoperancia del mercado parece haber terminado por aburrir y hacer perder sus esperanzas a los inversores, quienes ayer aceleraron los procesos vendedores y acabaron por deteriorar aún mas un ambiente que comenzaba a enrarecerse ante la manifiesta impotencia del mercado por generar un proceso alcista que deseaban casi todas las fuerzas que actúan a diario en las bolsas españolas.

El espectáculo diario de la cumplimentación casi automática de las órdenes compradoras que llegaban a las salas de contratación, ponía de manifiesto la intención vendedora de un buen número de las instituciones más activas en el mercado, y esta actitud acostumbra a tener unos efectos muy negativos entre los inversores individuales y los operadores a corto plazo.

Por mucho sigilo que desarrollen los grandes inversores institucionales, sus operaciones, y sobre todo sus estrategias acaban por ser detectadas por unos inversores que ávidos de una información que no tienen, se dejan guiar por los criterios de los especialistas que tienen a su cuidado las mayores carteras, en la confianza de que lo que a ellos se les escapa, debe ser conocido por estos especialistas.

Si a estos planteamientos les sumamos la pérdida de fulgor que vienen registrando las estrellas del mercado, no es difícil imaginar que o se generan algunos nuevos estímulos rápidamente o, en pura lógica, la tendencia de las bolsas en las próximas reuniones será lógicamente bajista.

La pérdida de interés de los inversores por Hidro Cantábrico, una vez que la sociedad ha hecho pública su intención de proceder a una ampliación de capital gratuita, aparentemente calmados los bríos compradores del Santander y Banesto en Viesgo, confirmada la pesadez de Dragados, y madurada la época triunfal de colocación de acciones de Duro Felguerae a inversores extranjeros, por citar algunos casos de interés recientes, los ojos de los especialistas se mueven escrutadores en torno a los valores que componen el panel de cotizaciones diarios, mientras se preguntan si el próximo valor tocado al alza será Auxiliar de Ferrocarriles, Tubacex, o si la especulación será capaz de redimir de sus cenizas a Olarra, al amparo de la aceptable campaña exportadora que la baja de la peseta parece estarle facilitando.

En cualquier caso, la realidad es que el ambiente se ha deteriorado. La oferta para el conjunto de los siete grandes bancos, sólo en el mercado madrileño, ascendió a 124.337 acciones, y las entidades más arrojadas en su política de mejoras, como sería el caso de Banesto, han decidido moderar sus afanes, y aceptan la presencia de la oferta obrando en consecuencia al perder cuatro puntos. Sólo el Popular, con su ampliación de capital en auge, parece ser capaz de concitar algunos deseos compradores y su cotización mejoró tres enteros.