Tribuna:

Mendoza, la reforma

Era inevitable; Ramón Mendoza ha anunciado sus deseos de acceder a la presidencia del Real Madrid. El club ha perdido la hegemonía que tuvo durante muchos años y los socios del club están pidiendo el cambio. La política que ha seguido Luís de Carlos ha sido netamente conservadora y comienza a preocupar la potencialidad que ha adquirido el Barcelona. El Madrid no ha tenido fortuna en los fichajes realizados últimamente y no ha podido salir del bache económico en el que entró hace varios años. Bernabeu que tenía un sentido romántico del fútbol, en los últimos años, mantuvo la tesis de que el esp...

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Era inevitable; Ramón Mendoza ha anunciado sus deseos de acceder a la presidencia del Real Madrid. El club ha perdido la hegemonía que tuvo durante muchos años y los socios del club están pidiendo el cambio. La política que ha seguido Luís de Carlos ha sido netamente conservadora y comienza a preocupar la potencialidad que ha adquirido el Barcelona. El Madrid no ha tenido fortuna en los fichajes realizados últimamente y no ha podido salir del bache económico en el que entró hace varios años. Bernabeu que tenía un sentido romántico del fútbol, en los últimos años, mantuvo la tesis de que el espectáculo debía estar al alcance de todos los seguidores madridistas. Mendoza quiere la reforma sin ruptura.El club con la pérdida de sus más importantes dirigentes ha perdido también su capacidad de reacción. La entidad necesita una reforma a fondo en sus estructuras económicas y deportivas. Quienes hasta ahora han manifestado su deseo de sustituir a De Carlos han planteado la misma estrategia. Preocupa la falta de espectáculo y atemoriza el futuro, porque el club se ha embarcado en una gran operación financiaera con la remodelación del estadio.

Sanear la economía, con la perspectiva de tener que devolver créditos por un montante aproximado de unos 800 millones de pesetas y tener que contratar a jugadores que devuelvan el prestigio internacional al equipo, es una tarea sumamente conplicada.

Aunque Raimundo Saporta, cuya influencia desde la sombra no ha desaparecido es partidario de un nuevo consenso. Otro pacto podría ser una frustración.

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