Tribuna:

Continúan las sesiones flojas y aburridas

La inhibición de los inversores y el cuidado con que son tratadas las órdenes de venta para que no incidan demasiado negativamente en las cotizaciones, continúan siendo las características que definen el comportamiento de las bolsas en unas reuniones absolutamente faltas de interés. La calma chicha que viene atravesando el mercado en las últimas jornadas comienza a preocupar a los especialistas, que ya han comenzado a preguntarse si esta situación no presagiará borrasca vendedora, en lugar de bonancibles vientos alcistas.Lo cierto es que el aburrimiento viene apoderándose de los operadores tan...

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La inhibición de los inversores y el cuidado con que son tratadas las órdenes de venta para que no incidan demasiado negativamente en las cotizaciones, continúan siendo las características que definen el comportamiento de las bolsas en unas reuniones absolutamente faltas de interés. La calma chicha que viene atravesando el mercado en las últimas jornadas comienza a preocupar a los especialistas, que ya han comenzado a preguntarse si esta situación no presagiará borrasca vendedora, en lugar de bonancibles vientos alcistas.Lo cierto es que el aburrimiento viene apoderándose de los operadores tan pronto como se inician las sesiones por la falta de órdenes. La mayor actividad que se observó el pasado martes respondió únicamente a su condición de primer día de mes, fecha en que suelen acumularse las renovaciones de las órdenes caducadas en los períodos anteriores, con las nuevas que se generan.

El sector bancario, de la mano del Popular y Santander, fue el único sector capaz de dar una respuesta medianamente satisfactoria a las esperanzas de los más optimistas. Las 19.722 acciones que presentaba como saldo comprador el Popular y los 4.096 títulos a la compra con que contaba el banco montañés, fueron en buena parte los responsables de que la baja del índice general en el mercado de valores madrileño se limitara a quince discretas centésimas.

Entre el resto de los valores bancarios abundaron las repeticiones que a poco comprometen, y que por otra parte son fáciles de generar ante la escasa beligerancia de los vendedores, con la excepción de Banesto que contaba con una diferencia vendedora de 45.024 títulos al cambio propuesto, esto es, cuatro enteros por debajo de la cotización que finalmente marcó.

En el resto del mercado, incluidos los valores eléctricos, este panorama poco alentador se repetía con una monotonía sorprendente y sospechosa.

Por su parte, los inversores institucionales vuelven la vista con insistencia hacia los mercados financieros internacionales en busca de la señal que les oriente sobre el posible rumbo que pueda enfilar la bolsa y los demás mercados financieros en nuestro país.

Por el momento, ayer subieron los tipos de interés de los bonos en el mercado norteamericano. Este fenómeno suele preceder a un reajuste a la baja en los precios del dinero de la economía estadounidense. Pero esta previsión puede volver a quedar sólo en un deseo, sobre todo cuando el presidente de la Reserva. Federal, Paul Volcker, advirtió que por el momento no tiene ninguna intención de ceder en su política monetaria restrictiva, y cuando algunos analistas de aquella economía, entre ellos Kaufman, prevén una nueva subida de los tipos de interés en el área del dólar para el segundo semestre del presente año. Todo el cúmulo de aparentes contradicciones que se están produciendo en la economía norteamericana está teniendo una influencia negativa sobre los mercados financieros europeos, donde está cundiendo el desconcierto. Por el momento, las preferencias de los inversores parecen centrarse en el marco alemán, como divisa-refugio, aunque tampoco acaban de estar demasiado tranquilos por las repercusiones casi automáticas que tienen las oscilaciones de la economía estadounidense en la República Federal de Alemania.

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