Prueba para la democracia española

(...) El compló supuso una violenta sacudida para la consolidación de la todavía balbuceante democracia española, de la que ésta no se ha recuperado todavía. Por ello, la forma en que se lleve el caso, así como las sentencias que resulten, serán vitales para el futuro de esta democracia; mostrarán si el sistema que ha seguido a la muerte del general Franco es lo bastante fuerte como para habérselas con el rotundo asalto llevado a cabo en febrero del pasado año y si puede prevenir en el futuro posibles intentos similares.Para la mayoría de los observadores de Europa occidental está claro que el...

(...) El compló supuso una violenta sacudida para la consolidación de la todavía balbuceante democracia española, de la que ésta no se ha recuperado todavía. Por ello, la forma en que se lleve el caso, así como las sentencias que resulten, serán vitales para el futuro de esta democracia; mostrarán si el sistema que ha seguido a la muerte del general Franco es lo bastante fuerte como para habérselas con el rotundo asalto llevado a cabo en febrero del pasado año y si puede prevenir en el futuro posibles intentos similares.Para la mayoría de los observadores de Europa occidental está claro que el golpe de febrero fue un ultraje al Gobierno y al pueblo españoles. Un pequeño grupo de militares, insatisfecho con la situación del país, decidió tomarse la justicia por su mano e imponer por la fuerza sus propios puntos de vista al resto del país.

(..) Pero las cosas no aparecen así para muchos miembros de las Fuerzas Armadas y para los sectores más derechistas de la población civil española. Para ellos, el intento de golpe fue obra de unos patriotas que actuaban justificadamente contra los males que ven en la España contemporánea: el terrorismo en el País Vasco, la situación de la economía, el aumento de la delincuencia e incluso pasos como la legalización del divorcio. Este tipo de actitud no es compartido por la mayoría de la población, pero está ampliamente extendido en el seno de las Fuerzas Armadas, tal como ha quedado desafortunadamente claro en el curso del pasado año.

(...) La tarea del tribunal militar será, sin embargo, demostrar clara y firmemente que las cosas no son así y que la rebelión militar es totalmente inaceptable.

(...) El hecho de que el caso sea llevado por un tribunal militar supone una serie de ventajas, siempre que se lleve adecuadamente. Una sentencia dura emitida por compañeros de armas tiene muchas posibilidades de ser aceptada por la mayoría de los militares, mientras que una sentencia similar por parte de un tribunal civil les parecería revanchista; tarribién puede hacer mucho para desengañar a la casta militar acerca de la noción, profundamente enraizada en la historia española, de que están por encima de la ley. La lección podría ser oportuna en el momento en que España se dispone a integrarse con las otras democracias europeas en la OTAN y en la Comunidad Económica Europea.

19 de febrero