Configuración del Congreso para el nuevo período de sesiones parlamentarias
Si no se producen novedades hasta el comienzo, en febrero, del próximo período de sesiones, la composición de los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados será la que figura en el cuadro adjunto, en el que puede observarse que la estabilidad del Gobierno dependerá de que se mantenga el apoyo de los diputados fugados de UCD, la mayoría de los cuales así lo han asegurado.El total de diputados es de 349, ya que el socialista Antonio Torres Salvador, integrado en el Grupo Mixto, dimitió en diciembre pasado y, de acuerdo con las vigentes normas electorales, no puede ser sustituido por ha...
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Si no se producen novedades hasta el comienzo, en febrero, del próximo período de sesiones, la composición de los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados será la que figura en el cuadro adjunto, en el que puede observarse que la estabilidad del Gobierno dependerá de que se mantenga el apoyo de los diputados fugados de UCD, la mayoría de los cuales así lo han asegurado.El total de diputados es de 349, ya que el socialista Antonio Torres Salvador, integrado en el Grupo Mixto, dimitió en diciembre pasado y, de acuerdo con las vigentes normas electorales, no puede ser sustituido por haber transcurrido más de la mitad de la legislatura. El Grupo Mixto queda con veintidós diputados, entre los que se Incluyen los diez de Acción Democrática, que es muy difícil que obtengan grupo propio; los tres de Herri Batasuna, aunque no asisten a las sesiones, y los nueve siguientes: Jesús Aizpún, Juan María Bandrés, Manuel Clavero, Andrés Fernández, Hipólito Gómez de las Roces, Josep Pi-Sufier, Blas Piñar, Fernando Sagaseta y Ramón Tamames.
A los nueve diputados con que Coalición Democrática inició la legislatura hay que añadir, si se confirma su voluntad de pasar a este grupo, los cuatro siguientes: Manuel Díaz-Pinés, Miguel Herrero, Ricardo de la Cierva y Francisco Soler Valero. El Grupo Andalucista contará con siete diputados -dos más sobre los cinco con que se constituyó-, al pasar el ex centrista José García Pérez y el ex socialista Andrés Limón.
Esta configuración del Congreso no otorga mayoría absoluta a ninguna fuerza política ni permite que la derecha ni la izquierda la obtengan. Asimismo, la minoría relativa de UCD queda, evidentemente, disminuida, si bien cabe recomponerla para lograr la estabilidad gubernamental si los diputados centristas fugados cumplen su promesa de apoyo.
La larga historia de las fugas
La primera salida del Grupo Parlamentario Centrista del Congreso fue protagonizada por los diputados Manuel Clavero y José García Pérez, en la primavera de 1980, en desacuerdo con la decisión de los órganos ejecutivos del partido de reconducir la autonomía andaluza por el artículo 143 de la Constitución. Ambos diputados forman parte actualmente del Grupo Mixto. Esta salida fue seguida, poco tiempo después, por la del diputado catalán Joaquín Molins, actualmente en el grupo minoritario de Minoría Catalana.
Por otra parte, Manuel Díaz-Pinés, diputado por Ciudad Real, abandonó el grupo centrista en octubre de 1981, horas después de que el comité de disciplina de UCD hubiera acordado su "inhabilitación total de todos sus derechos como afiliado" por unas declaraciones públicas que éste hizo y que se consideraron que dañaban la imagen del partido. Díaz Pinés, perteneciente en la actualidad al Grupo Mixto, ha hecho pública su intención de integrarse en el grupo de Coalición Democrática.
El abandono masivo de miembros se produjo el pasado mes de noviembre, cuando diez diputados socialdemócratas anunciaron su salida de UCD. Los diputados escindidos permanecen de momento en el Grupo Parlamentario Centrista, hasta que puedan formar reglamentariamente su propio grupo. Los diez diputados que abandonaron UCD son los ex ministros de Justicia y de Universidades e Investigación, Francisco Fernández Ordóñez y Luis González Seara, respectivamente; Javier Moscoso, Carmela García Moreno, Luis Berenguer, María Dolores Pelayo, Eduardo Moreno, Carmen Solano, Alfonso Quirós y Ciriaco Díaz Porras. La decisión de los socialdemócratas se enmarcó, según señalaron, en lo que consideraron como una operación necesaria de clarificación política.