La crisis económica

( ... ) Cada día existe mayor convencimiento de que la crisis económica que vivimos, o en la que estamos instalados, como tantas veces se dice, no constituye una fluctuación epidérmica y pasajera, sino que es la consecuencia de un ajuste, profundo y duradero, que dejará una huella indeleble en la evolución de los hechos económicos. Tal ocurrió con la crisis de los años treinta y podrá ocurrir ahora con la de los setenta. Hemos dicho bien, la de los setenta, porque, a caballo de los malos resultados económicos, estamos ya en el octavo año del calendario, triste y desesperanzado, del tiempo de c...

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( ... ) Cada día existe mayor convencimiento de que la crisis económica que vivimos, o en la que estamos instalados, como tantas veces se dice, no constituye una fluctuación epidérmica y pasajera, sino que es la consecuencia de un ajuste, profundo y duradero, que dejará una huella indeleble en la evolución de los hechos económicos. Tal ocurrió con la crisis de los años treinta y podrá ocurrir ahora con la de los setenta. Hemos dicho bien, la de los setenta, porque, a caballo de los malos resultados económicos, estamos ya en el octavo año del calendario, triste y desesperanzado, del tiempo de crisis.Hemos de hacernos a la idea de que la crisis será larga, porque las causas de la misma se encuentran principalmente en las graves alteraciones que se han producido en el lado de la oferta, es decir, en el aparato productivo y en los niveles de costes relativos de los factores, entre ellos la energía. Por esta razón no vale, como vía de salida, la terapéutica simplista de la actuación sobre la demanda. Los resultados están a la vista, en forma de inflación y de paro. Hace falta insistir en una técnica diferente.

21 de enero

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