Entrevista:

Chazli: "Nada de lo hecho por Mubarak constituye un cambio de política en Egipto"

Tres meses después del asesinato de Anuar el Sadat, el jefe de la oposición clandestina egipcia, reunida en el seno del Frente Nacional, que agrupa diversas corrientes políticas, el ex general Sadeldin Chazli, acusa al presidente Hosni Mubarak de no haber cumplido ni una sola de las once condiciones exigidas por la oposición para restituir la confianza en el régimen que dirige al principal de los países árabes. La mirada atenta, el verbo fácil y la expresión dura, dando prueba de una rara vitalidad, a sus 59 años, el hombre que dirigiera la ofensiva egipcia a través del canal de Suez, en octub...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Tres meses después del asesinato de Anuar el Sadat, el jefe de la oposición clandestina egipcia, reunida en el seno del Frente Nacional, que agrupa diversas corrientes políticas, el ex general Sadeldin Chazli, acusa al presidente Hosni Mubarak de no haber cumplido ni una sola de las once condiciones exigidas por la oposición para restituir la confianza en el régimen que dirige al principal de los países árabes. La mirada atenta, el verbo fácil y la expresión dura, dando prueba de una rara vitalidad, a sus 59 años, el hombre que dirigiera la ofensiva egipcia a través del canal de Suez, en octubre de 1973, otorga escasa importancia al reciente cambio de Gabinete operado en El Cairo.

Pregunta. ¿Cómo juzga usted la gestión del presidente Hosni Mubarak, a los tres meses del asesinato del antiguo rais?Respuesta. No veo absolutamente nada que me permita calificar a Mubarak de duro o moderado. ¿Qué es lo que ha hecho hasta ahora? Pronunciar algunos discursos sobre la corrupción y la disciplina, sobre la productividad económica, es decir, lo mismo que dicen otros regímenes y que raramente cumplen. En política exterior, Hosni Mubarak sigue los pasos de Sadat; en política interior se mantiene la detención de más de 4.000 personas, y en cuestiones de defensa no hay ninguna novedad, salvo la compra de veinte Mirages a Francia.

P. A pesar de ello, en Egipto la oposición legalizada se refiere ahora a un cierto liberalismo político, a una especie de "acuerdo de caballeros" con Mubarak.

R. La oposición, en Egipto, sigue estando sometida al régimen del bastón y la zanahoria. El bastón son los centenares de individuos en las cárceles, a pesar de lo cual la oposición legal trata de no acusar al régimen porque teme que, si lo hiciera, Israel no se retiraría del Sinaí en abril próximo. En mi opinión, la luna de miel entre Mubarak y la oposición abierta (no la nuestra, que continúa luchando) no durará más de unos meses.

P. El Gobierno egipcio ha responsabilizado de la muerte de Sadat a los fanáticos religiosos y, en cambio, ha, eximido al Ejército de toda responsabilidad.

R. La propaganda del régimen ha hallado un vehículo apropiado en algunos órganos occidentales. El régimen ha intentado responsabilizar a los fundamentalistas musulmanes de la muerte de Sadat para poder seguir deteniendo a esa gente. Fíjese que las cifras oficiales de personas detenidas por ese motivo superan las 2.000, mientras que sólo veinticuatro de ellas han sido presentadas ante los tribunales; es decir, que los otros han sido encarcelados por ser fundamentalistas, sin más. Se trata de una excusa típica utilizada por los regímenes autoritarios.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

"Hosni Mubarak seguirá fiel a Camp David"

P. Mubarak ha expresado su intención de visitar próximamente Israel. ¿Cree usted que el presidente egipcio confía realmente en los dirigentes de Tel Aviv?R. Yo creo, sobre todo, que si Israel se retira del Sinaí el 25 de abril, como está previsto, Hosm Mubarak continuará la misma política de Sadat y será fiel a Camp David, porque no tendrá otro camino que seguir.

P. Usted ha declarado que volvería a Egipto. ¿Cuáles son ahora sus intenciones?

R. No creo que haya llegado la hora de volver a Egipto. Regresaré cuando exista una democracia real, cuando los derechos humanos sean respetados y cuando se pueda criticar al régimen libremente, como sucede ahora en España, Francia o el Reino Unido. En Egipto no tenemos todavía la posibilidad de criticar al Gobierno sin correr el riesgo de ser encarcelados. Todo el mundo habla del Estado de excepción en Polonia, que ahora cumple un mes, olvidando que existe en Egipto hace más de quince semanas y no ha sido levantado. Cuando la democracia quede establecida y pueda decir en El Cairo lo que digo ahora en el exterior regresaré a mi país.

P. ¿Qué opinión le merece el cambio de Gobierno operado hace pocos días en Egipto?

R. No espero ningún cambio sustancial en la política del nuevo Gobierno. Los principales cambios se han realizado en los terrenos de la economía y del interior, pero el cambio de titular al frente del Ministerio del Interior no significa nada, porque el ministro actual, Abu Bacha, es el hombre que estuvo detrás de la detención de 2.500 personas tras la muerte de Sadat. No es un hombre limpio de manchas, sino tan responsable como lo fuera su predecesor, Ismail Nabui. El cambio de Ismail es el símbolo de la irregularidad de unas elecciones, con un 90% de sufragios en favor del presidente. Abu Bacha e Ismail son iguales, tienen la misma concepción del poder. En materia de economía se ha cambiado de ministro, pero no de programa...; especialmente, el cambio de titular en este Ministerio ha llegado tras la revelación de los escándalos en que estuvo mezclado Sadat. En Egipto, la carencia mayor es la de unas elecciones democráticas y libres, en las que una parte de los votantes se pronuncia por el partido en el poder, y la otra lo critica. El Egipto de Mubarak tiene el mismo presidente, el mismo Gobierno y un idéntico partido, todos ineficaces y corruptos.

"Mubarak es un excelente soldado"

P. Usted conoció a Mubarak en octubre de 1973, durante la guerra contra Israel, cuando dirigía el Estado Mayor egipcio. ¿Qué opinión le mereció entonces el presidente actual?R. Hosni Mubarak, como soldado, no es lo mismo que Mubarak como político. Como soldado no tengo nada que decir contra él; lo tuve bajo mis órdenes, fuimos compañeros y estuvimos en contacto diario más de dos años, antes del cruce del canal. Era una persona excelente. Como político es harto diferente. Nuestras diferencias radican en algunos temas esenciales. Yo creo en la democracia, en el no alineamiento de mi país, en el rechazo a la protección norteamericana o soviética, en la necesidad de hacer más fuertes nuestras fuerzas armadas y en modificar nuestra economía, terminando con la llamada economía de puertas abiertas para implantar una que se centre en las necesidades más inmediatas de nuestro pueblo. Si Mubarak cambia, lo apoyaremos, porque estamos apoyando principios e ideas y no individuos...

Archivado En