Dos capitanes del Ejército provocaron incidentes en un barrio madrileño

Dos capitanes del Regimiento de Artillería número 11 de Vicálvaro (Madrid), acompañados de unos treinta soldados, irrumpieron violentamente el pasado jueves en la discoteca Barrabás, del citado barrio madrileño, y obligaron a un centenar de jóvenes que allí se encontraban a escuchar una alocución, en la que, después de autopresentarse como «un grupo de patriotas», manifestaron a los presentes la necesidad de unirse a su llamada «para salvarla Patria».Pasa a página 21...

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Dos capitanes del Regimiento de Artillería número 11 de Vicálvaro (Madrid), acompañados de unos treinta soldados, irrumpieron violentamente el pasado jueves en la discoteca Barrabás, del citado barrio madrileño, y obligaron a un centenar de jóvenes que allí se encontraban a escuchar una alocución, en la que, después de autopresentarse como «un grupo de patriotas», manifestaron a los presentes la necesidad de unirse a su llamada «para salvarla Patria».Pasa a página 21

Un capitán hizo un llamamiento a los civiles presentes "para salvar a la Patria"

Viene de la primera página

Las versiones facilitadas por testigos presenciales son todas muy similares. Los dos capitanes, uno de los cuales se apellida Grao, se personaron a la entrada de la discoteca acompanados de dos alféreces, Un brigada, un sargento y unos treinta soldados. Sólo los mandos portaban sus pistolas reglamentaris y, uno de ellos realizó un disparo, apuntando al suelo, en la puerta del local. Los soldados iban desarmados y uno de ellos llevaba un tambor militar.

Al entrar al establecimiento los oficiales se dirigieron a la barra y pidieron unas cervezas. Poco después, uno de los capitanes ordenó al pinchadiscos que cesara la música y, ante la extrañeza de los civiles presentes, subió al pequeño estrado donde suelen actuar grupos de rock y cogió el micrófono.

Los testigos presenciales no recuerdan exactamente las palabras textuales de la alocución Todos coinciden, sin embargo, en que el capitán se presento asmismo y a sus compañeros como "un grupo de patriotas" que estaban allí para festejar la festividad de su patrona. Las siguientes frases giraron, principalmente, en torno a la idea de que ellos, los militares, "debían ser respetados por toda la población porque llevaban uniforme y por ser los defensores del país". El citado capitán concluyó haciendo un llamamiento a los presentes de unirse a ellos "para salvar a la Patria".

La alocución duró escasamente diez minutos, entre los silbidos de algunos de los presentes que escuchaban al capitán por la fuerza. Sin embargo, no se produjeron agresiones. La impresión general recogida era que los mandos presentaban el aspecto de estar bastante bebidos. Uno de los testigos afirmó haber hablado con un soldado, preguntándole a qué se debía tal conducta y el soldado contestó que no sabía nada, que en el cuartel les habían dado la orden de seguirles y que allí estaban sin saber muy bien qué hacer, porque no había habido nuevas órdenes más concretas.

Cuando oficiales y tropa permanecían aún en el interior de la discoteca, llegó un fuerte contingente de Policía Nacional e inspectores de la Brigada Regional de Seguridad Ciudadana, alertados del asalto por una llamada anónima. Durante un largo rato estuvieron hablando con los militares, quienes al final se marcharon sin que se produjera ningún otro incidente. El dueño de la discoteca, muy nervioso por los acontecimientos ocurridos, dispuso que la música continuara hasta la hora de cierre habitual.

La Asociación de Vecinos de Vicálvaro, algunos de cuyos miembros se encontraban en el interior de la discoteca en el momento del incidente, han hecho público un comunicado en el que califican lo ocurrido como muy grave por "alterar la normal convivencia de nuestro barrio, que no tiene justificación (aunque festejaran a su patrona) y menos en la actual situación política, cargada de incertidumbres y riesgos de las libertades democráticas".

Vicálvaro es la sede del Regimiento de Artillería número 11, cuyas instalaciones ocupan una amplia manzana a la entrada del barrio.

Las autoridades militares investigan lo sucedido

Tras conocerse los hechos el Ministerio del Interior ordenó transmitir lo ocurrido a las autoridades militares para que tomaran las medidas pertinentes, puesto quc el asalto no había sido denunciado por el dueño del local, ni por ninguna de las personas que se encontraban en el interior del mismo.

El gobernador civil de Madrid, Mariano Nicolás, manifestó a última hora de la noche de ayer que, tras conocer la noticia, abrió una rápida investigación, cuyas primeras conclusiones envió a las autoridades militares. Mariano Nicolás mantuvo en la tarde de ayer una conversación telefónica con el capitán general de Madrid, quien le informó de que se habían iniciado las oportunas diligencias para esclarecer los hechos.

El capitán que se encontraba de guardia anoche en el Regimiento de Artillería número once de Vicálvaro se negó a facilitar cualquier tipo de información sobre lo ocurrido, asa como acerca de si los miembros que asaltaron el citado establecimiento habían sido arrestados.

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