La crisis del PCE

( ... ) Creo que bajo esta óptica hay que entender también la actitud adoptada por la dirección catalana del PSUC ante la crisis provocada por Lertxundi y un amplio sector del EPK. El Partido Comunista de Euskadi había obtenido bajos resultados en todas las confrontaciones electorales a las que acudió. La unión que propugna Lertxundi en el seno de Euskadiko Ezquerra parece una actitud de máxima coherencia con los postulados eurocomunistas que se han venido predicando en los últimos años -unidad de la clase obrera- y que a la hora de la verdad no ha podido ser digerido por los dirigentes comuni...

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( ... ) Creo que bajo esta óptica hay que entender también la actitud adoptada por la dirección catalana del PSUC ante la crisis provocada por Lertxundi y un amplio sector del EPK. El Partido Comunista de Euskadi había obtenido bajos resultados en todas las confrontaciones electorales a las que acudió. La unión que propugna Lertxundi en el seno de Euskadiko Ezquerra parece una actitud de máxima coherencia con los postulados eurocomunistas que se han venido predicando en los últimos años -unidad de la clase obrera- y que a la hora de la verdad no ha podido ser digerido por los dirigentes comunistas de Madrid. De hecho, Carrillo y la ejecutiva del PCE sólo han podido acusar a Lertxundi de errores formales para expulsarle y lograr así la continuidad de sus propias siglas en el País Vasco.El otro, aspecto de la cuestión estriba en que tanto Lertxundi como los miembros expulsados del Comité Central del PCE por apoyar su mitin en Madrid -Azcárate, Pilar Brabo y los otros cuatro- estaban alineados con la postura perdedora en el último congreso del PCE -que además de un eurocomunismo radical defendía la descentralización generalizada del partido.

En este punto, la coincidencia del actual equipo dirigente del PSUC con Carrillo es absolutamente normal y, de hecho, la Prensa del domingo se apresuró a desmentir los rumores que habían señalado lo contrario. Esto es precisamente lo que nos lleva a pensar que el modelo de congreso que ahora se prepara no primará el triunfo de un eurocomunismo radical. Creo que más bien cabe apostar por un eurocomunismo de tipo carrillista que propicia un partido en el que pueden convivir desde la vieja guardia hasta quienes creen que lo de Berlinguer es muy importante, pero no debe ser adoptado sin transformarlo en función de nuestras peculiaridades.

16 de noviembre

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