Tribuna:

Pobre balance bursátil tras la crisis de UCD

Las bolsas españolas observaron ayer uno de los comportamientos más uniformemente negativos de los últimos tiempos, y ello como consecuencia, en primer lugar, de los cierres claramente vendedores que quedaron planteados en la propia sesión del martes, a lo que hubo que añadir como factor adicional, que no decisorio, la crisis abierta en UCD.Así, las reuniones se plantearon desde sus primeros compases dentro de un ambiente claramente bajista, donde los valores eléctricos, al ser los primeros en contratarse, comenzaron marcando una tendencia negativa, que iba a ser la que dominase durante todo e...

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Las bolsas españolas observaron ayer uno de los comportamientos más uniformemente negativos de los últimos tiempos, y ello como consecuencia, en primer lugar, de los cierres claramente vendedores que quedaron planteados en la propia sesión del martes, a lo que hubo que añadir como factor adicional, que no decisorio, la crisis abierta en UCD.Así, las reuniones se plantearon desde sus primeros compases dentro de un ambiente claramente bajista, donde los valores eléctricos, al ser los primeros en contratarse, comenzaron marcando una tendencia negativa, que iba a ser la que dominase durante todo el período de contratación.

Sin embargo, la severidad de las correciones a la baja aplicadas a algunos valores concretos, especialmente a las citadas eléctricas, provocaba la reaparición de algunos repuntes compradores después de cerrados los períodos hábiles para operar.

El panorama quedaba envuelto en una cierta y misteriosa incertidumbre para las sesiones de hoy, aunque ni los más optimistas se atrevían a pronosticar unas sesiones pletóricas de fuerza.

La tremenda debilidad de los valores del sector bancario, aparentemente incapaces de sacudirse el peso de las realizaciones de beneficios, representa un lastre excesivamente pesado para un mercado como el actual, nada confiado, y en cualquier caso bastante poco dispuesto a arriesgar.

No obstante, los valores eléctricos presentan unas características bastante favorables, tanto por la proximidad del pago de sus dividendos, con una Hidrola que sumará sus dividendos a cuenta y complementario en los últimos días del próximo diciembre, como por las ampliaciones de capital que plantearán, en su mayoría, antes de que finalice el presente ejercicio.

Por otra parte, cabe la posibilidad de que las operaciones de venta a crédito, que se realizaron durante las pasadas semanas en valores industriales, acaben por generar algún flujo comprador, máxime cuando las pérdidas acumuladas en las últimas sesiones son ya notables, y se comienzan a plantear las coberturas de los siguientes tramos de garantía.

La incidencia de quienes apostaron por las ventas a la baja en descubierto, pues esto es lo que vienen a representar las operaciones de venta a crédito, no está todavía suficientemente contrastada por la experiencia.

Mientras tanto, el clima de inseguridad política por el que atraviesa el país en estos momentos seguirá influyendo en las decisiones de los inversores, quienes en pura lógica habrán de buscar refugio en activos con garantías de estabilidad, aun a costa de sacrificar algunos puntos en el capítulo de los rendimientos.El deslizamiento a la baja en los tipos de interés de los bonos del tesoro, y el achatamiento en los márgenes de rentabilidad en los mercados exteriores, que podrían haber tenido una influencia benefactora en el mercado de valores en circunstancias normales, son circunstancias que están siendo olvidadas por los inversores, especialmente los institucionales, que parecen tener como planteamiento básico la consecución de una liquidez tan amplia corno el mercado lo permita.

Con este panorama no es previsible que las bolsas apunten giros sustanciales en su orientación bajista, y la máxima aspiración de los especialistas consiste en que se atemperen las bajas.

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