Diferencias con los comunistas alejan a Seguy de la CGT francesa

La primera sindical francesa, de tendencia comunista, la Confederación General de Trabajadores (CGT), cambia de titular. Oficialmente, el sindicalista más célebre de Francia, Georges Seguy, le cederá su puesto al actual número dos, Henri Krasucki, "por razones de edad".Problemas políticos ligados a los lazos existentes entre la CGT y el Partido Comunista Francés (PCF) se sospechan como los móviles reales del cambio.

La CGT es la central sindical más influyente en la vida social francesa. Cuenta con más de dos millones de militantes y está considerada como la "correa de transmisión" del ...

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La primera sindical francesa, de tendencia comunista, la Confederación General de Trabajadores (CGT), cambia de titular. Oficialmente, el sindicalista más célebre de Francia, Georges Seguy, le cederá su puesto al actual número dos, Henri Krasucki, "por razones de edad".Problemas políticos ligados a los lazos existentes entre la CGT y el Partido Comunista Francés (PCF) se sospechan como los móviles reales del cambio.

La CGT es la central sindical más influyente en la vida social francesa. Cuenta con más de dos millones de militantes y está considerada como la "correa de transmisión" del PCF, lo que le da más peso y, paralelamente, le crea más problemas.

La mayoría de la dirección es comunista y la base, por mayoría también, vota al PCF. Pero existe una minoría de socialistas, independientes e izquierdistas que, tras la ruptura de la unión de la izquierda, en 1978, le declararon la guerra a la dirección.

Las divergencias, acompañadas de dimisiones de numerosos militantes, arreciaron durante la última campaña por las elecciones presidenciales, en la que el PCF presentó como candidato a su secretario general, Georges Marchais. La dirección, de tendencia comunista, durante esa campaña presentó a Marcháis como el "verdadero representante de los intereses de los trabajadores".

A pesar de las declaraciones de propaganda específicamente sindicalistas, la "correa de transmisión" del PCF funcionó plenamente contra la contestación de la minoría socialista de la central. Pero esto no fue suficiente y Marchais perdió el 5% del electorado comunista.

Seguy, sospechoso de una cierta debilidad aperturista en beneficio de la independencia de la CGT respecto al PCF, pagaría ahora los platos rotos.

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Las "razones de edad" expuestas no convencen. Seguy tiene 55 años y su sucesor, Krasucki, 57. Este último está considerado como un duro capaz de afianzar la solidaridad entre la central sindical y el partido.

Y esto último, en el contexto actual definido por la participación de ministros comunistas en el Gobierno, y cara a un futuro posible de ruptura del PCF con el mitterrandismo.

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