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Antonio: "Los funcionarios no saben que las zapatillas se rompen"

Antonio el bailarín anda quemado y algo de eso se le queda en el rostro mientras dirige, desde sus gafas de ver de lejos, los ensayos del Ballet Nacional en el teatro Victoria Eugenia de San Sebastián. "Es que resulta difícil hacer comprender a los funcionarios que administran nuestro presupuesto que con algunas obras las zapatillas y las mallas se rompen antes que con otras". Y Antonio se desboca: "Es una vergüenza que el Ballet Nacional presente sus obras con música grabada en cinta cuando tenemos aquí mismo en San Sebastián a la Orquesta Nacional, que hoy no tiene compromiso".Suenan ...

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Antonio el bailarín anda quemado y algo de eso se le queda en el rostro mientras dirige, desde sus gafas de ver de lejos, los ensayos del Ballet Nacional en el teatro Victoria Eugenia de San Sebastián. "Es que resulta difícil hacer comprender a los funcionarios que administran nuestro presupuesto que con algunas obras las zapatillas y las mallas se rompen antes que con otras". Y Antonio se desboca: "Es una vergüenza que el Ballet Nacional presente sus obras con música grabada en cinta cuando tenemos aquí mismo en San Sebastián a la Orquesta Nacional, que hoy no tiene compromiso".Suenan castañuelas de ensayo en el escenario y, los bailarines aguijonean con sus tacones la madera ligeramente carcomida del viejo teatro donostiarra cuando faltan minutos para que la sala se llene.

Pero sobre todo lo que le duele a Antonio es que no haya podido estrenar en la Zarzuela madrileña una coreografía de hora y medía sobre Don Quijote, con ocho escenarios y 140 trajes, por falta de presupuesto.

La Quincena Música de San Sebastián le ha abierto sus puertas de par en par este año. Dos actuaciones distintas del Ballet Nacional con lleno a rebosar y un ambiente caldeado por la emoción y el entusiasmo. Antonio lo sabe y, está satisfecho de la acogida de la gente y orgulloso de la actuación de su grupo, " a pesar", dice, "del poco tiempo que hemos tenido para el montaje.

En su primera actuación, el Ballet Nacional -44 bailarines, cuatro guitarras y Antonio- presentó, en homenaje al pintor Picasso, -"que se merece esto y más", dice el bailarín,- dos ballets de Falla y la Suite Flamenca.

En la segunda actuación, el Ballet Nacional ha interpretado una obra de Granados adaptada a la danza, las diez melodías vascas de Guridi, una obra de Halffter en homenaje a Falla con poesía de Miguel Hernández, y una reposición de un ballet de Ernesto Halffer.

Sí por ese lado estoy muy contento", dice Antonio; Ios bailarines son fabulosos, todo el equipo es gente que tiene una gran conciencia del trabajo, pero...". Antonio siempre tiene un pero, un deje de reproche: "Es en la parte económica de donde viene los desbarajustes; no es que me queje del presupuesto, me quejo de que no podamos tener siquiera un fondo para hacer frente a los gastos imprevistos que, por lo visto, no pueden existir para esos señores". Y ahora sentencia: "O esto se arregla, o yo no renuevo contrato"' El actual contrato de Antonio no concluye hasta dentro de dos años, pero decididamente la burocracia no le gusta nada.

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