Cartas al director

La ofrenda al apóstol

En su diario he leído un excelente editorial sobre el pregón a Santiago por el capitán general. La Prensa española en general, y algunos diarios en particular, no parecen dispuestos a considerarse en democracia, o siguen teniendo miedo de expresar sus auténticos sentimientos, o, por fin, sus redactores no están capacitados para escribir. Eso ya por algún otro diario, sobre todo de aquí.El pregón da la impresión de que su autor se considera el único ciudadano de sentimientos religiosos, una religiosidad un tanto trasnochada; pero, sobre todo, parece querer decir que él solamente -y quienes lo s...

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En su diario he leído un excelente editorial sobre el pregón a Santiago por el capitán general. La Prensa española en general, y algunos diarios en particular, no parecen dispuestos a considerarse en democracia, o siguen teniendo miedo de expresar sus auténticos sentimientos, o, por fin, sus redactores no están capacitados para escribir. Eso ya por algún otro diario, sobre todo de aquí.El pregón da la impresión de que su autor se considera el único ciudadano de sentimientos religiosos, una religiosidad un tanto trasnochada; pero, sobre todo, parece querer decir que él solamente -y quienes lo sigan cerradamente- son los únicos que tienen sentido de la patria y la defienden.

Ya es hora de que los que hacen crítica y la ejercen sin miramientos ni consideraciones -y frecuentemente sin sentido por incapacidad- estén dispuestos a aceptarla también, porque eso que él generaliza, nombrando de acá y de allá. todo eso es el pueblo español, en el que puede haber una parte desmandada, también la hubo en lo que era el Ejército en 1936, que -por fortuna en pequeña cantidad- se desmandó contra los poderes constituidos. contra la Constitución y contra el pueblo español, porque éste fue el que vio morir sus hijos en una contienda brutal -con participación extranjera-. Muere el militar profesional en la guerra, pero muere también el no profesional, el soldado, y en una proporción inconiparablemente mayor. y eso hay que reconocerlo,y más aún. respetarlo..

Entiendo que un militar puede dar su opinión, como cada ciudadano, pero no aprovechándose de un acto oficial, lo que implica la participación de todo el Gobierno en la opinión dada personalmente por aquél. Y hemos de acosturribrarnos a que cuando un español orite, otro español puede gritar igual; pero uno y otro deben procurar no disparatar y no molestarla sensibilidad de los demás. Que este país es de todos los españoles, aunque haya quienes pretendan aprovecharlo mejor./

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