Sin esos servicios
Como joven no anclado en el pasado y con la esperanza, aunque aPasa a página 12
Viene de página 11
veces maltrecha, todavía puesta en el futuro, me atrevo a condenar los últimos crímenes terroristas.
Han de saber los señores asesinos que, quienes formamos el pueblo, quienes en cierto modo compartimos con ellos la idea de que es necesario conseguir una sociedad más libre y justa, en modo alguno les apoyamos, y mucho menos les otorgamos el odioso deber de representarnos con sus manos ensangrentadas.
Es necesario buscar nuevos cauces de participación p...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Como joven no anclado en el pasado y con la esperanza, aunque aPasa a página 12
Viene de página 11
veces maltrecha, todavía puesta en el futuro, me atrevo a condenar los últimos crímenes terroristas.
Han de saber los señores asesinos que, quienes formamos el pueblo, quienes en cierto modo compartimos con ellos la idea de que es necesario conseguir una sociedad más libre y justa, en modo alguno les apoyamos, y mucho menos les otorgamos el odioso deber de representarnos con sus manos ensangrentadas.
Es necesario buscar nuevos cauces de participación política; es necesaria una verdadera democratización a todos los niveles, tanto estatales como sociales; es, necesario escapar de esta situación de esclerosis social, económica y también política, a la cual hemos llegado en un sistema que agoniza.
Pero quienes formamos el pueblo, y tenemos esperanza en el futuro, nos negamos a aceptar que el cambio se haga en medio de una carnicería absurda. Por eso, porque nosotros somos el pueblo, tenemos derecho a decir a los terroristas que no queremos sus servicios./