El Gobierno portugués afronta una grave ola de agitación social

El Gobierno portugués afronta su primera prueba grave con la ola de agitación social en curso. El síntoma más visible del deterioro del clima laboral es la huelga nacional de tres días, emprendida ayer por los cerca de 400.000 funcionarios del Estado y que abarca también los servicios municipalizados. Además de los departamentos oficiales y ministeriales dejarán casi completamente de funcionar, hasta el próximo lunes (la huelga se encadena con la Semana Santa), los mercados municipales, los mataderos, la recogida de basuras y, en algunas ciudades, los transportes públicos (municipalizados)....

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El Gobierno portugués afronta su primera prueba grave con la ola de agitación social en curso. El síntoma más visible del deterioro del clima laboral es la huelga nacional de tres días, emprendida ayer por los cerca de 400.000 funcionarios del Estado y que abarca también los servicios municipalizados. Además de los departamentos oficiales y ministeriales dejarán casi completamente de funcionar, hasta el próximo lunes (la huelga se encadena con la Semana Santa), los mercados municipales, los mataderos, la recogida de basuras y, en algunas ciudades, los transportes públicos (municipalizados).

La huelga, decretada por los sindicatos integrados en la central sindical de mayoría comunista, será secundada el tercer día por todos los demás sindicatos de la función pública, incluyendo el de los cuadros técnicos del Estado.Los conflictos en curso en el sector de los transportes públicos (que originaron ya varias huelgas), siguen sin resolverse, y no están descartados nuevos paros en los próximos días (Oporto estuvo ya sin transportes colectivos durante cuatro días la pasada semana).

Para el Gobierno se trata de un movimiento de índole política, orquestado por el partido comunista, con objetivos a corto y medio plazo. A corto plazo estaría la preparación del Primero de Mayo, que los sindicatos controlados por el PC pretenden convertir en la «más importante manifestación registrada en Portugal en los últimos años». A medio plazo, los comunistas perseguirían el objetivo de crear un clima de inestabilidad social susceptible de agudizar las contradicciones internas de la mayoría gubernamental y de crear las condiciones para la caída del Gobierno Balsemâo. Alvaro Cunhal, que insiste sobre la tesis de la falta de legitimidad del actual Gobierno, que acusa de proseguir la política del Gobierno Sa Carneiro, declaraba hace dos días que no está descartada la derrota de Balsemâo en el Parlamento, como resultado de la agravación de las contradicciones internas de la coalición.

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