Presentada la quiebra forzosa de Rania

Ayer fue solicitada ante el Juzgado de Primera Instancia número 5, de Barcelona, la quiebra forzosa de la sociedad Productos Lácteos, SA, titular de la conocida marca comercial de leche envasada Rania. Fue presentada por el letrado Rafael Jiménez de Parga, catedrático de Derecho mercantil de la primera universidad de Barcelona, obrando en nombre y representación del comité de empresa.Dicha sociedad ocupa unos 950 trabajadores, que de hecho no pueden desarrollar su labor desde hace tres meses. El activo estimado de la sociedad es de unos 1.500 millones, mientras que el pasivo sería de unos ...

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Ayer fue solicitada ante el Juzgado de Primera Instancia número 5, de Barcelona, la quiebra forzosa de la sociedad Productos Lácteos, SA, titular de la conocida marca comercial de leche envasada Rania. Fue presentada por el letrado Rafael Jiménez de Parga, catedrático de Derecho mercantil de la primera universidad de Barcelona, obrando en nombre y representación del comité de empresa.Dicha sociedad ocupa unos 950 trabajadores, que de hecho no pueden desarrollar su labor desde hace tres meses. El activo estimado de la sociedad es de unos 1.500 millones, mientras que el pasivo sería de unos 2.400 millones. Los créditos laborales que permiten (argumentando un sobreseimiento general de los pagos) la acción judicial de solicitud de quiebra, totalizan 140 millones de pesetas.

Los trabajadores esperan poder obtener el control de la empresa, en la que puede existir desde hace semanas una dejación de funciones por parte de sus gestores y propietarios. A continuación, intentarían su relanzamiento en forma de cooperativa en la que también interviniesen los ganaderos afectados. Anteayer, la Unió de Pagesos, sindicato agrícola ampliamente mayoritario en Cataluña, emitió un comunicado en el que manifestaba coincidir con los trabajadores en un relanzamiento de la empresa, pero que éste no podía efectuarse «de espaldas a los campesinos».

En 1978 la empresa obtuvo unos beneficios de ochenta millones de pesetas. Pero desde el pasado año apareció la inefable sociedad Agora, presentada como una entidad asesora de la empresa, pero de hecho revestía el carácter de instituto secular, con particulares concepciones ideológicas y cívicas, a menudo confusas. Entre enero y septiembre de este año la sociedad de la que hoy se solicita la quiebra pagó setenta millones de pesetas a Agora en concepto de minutas.

Los trabajadores argumentan que de no haber aparecido Agora, la empresa hubiese continuado siendo rentable, por lo cual, desaparecida aquella, confían en su relanzamiento. El principal centro de trabajo se encuentra en Santa Perpetua de Moguda (en el Vallés occidental).

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