El ex jefe de las fuerzas aéreas chinas confiesa que colaboró para atentar contra Mao

Wu Fasien, ex comandante en jefe de la Fuerza Aérea china, que se sienta en el banquillo de los acusados como miembro de la denominada «camarilla de Lin Biao», ha admitido ante el tribunal que le juzga en Pekín haber colaborado activamente para hacer posible un golpe de Estado y un atentado contra Mao en 1971. Esta confesión, en cierto modo espectacular, constituye uno de los puntos importantes en la parte del proceso dedicada a examinar el oscuro episodio que concluyó con la muerte del ministro de Defensa y «delfín» de Mao, Lin Biao.

El proceso a los diez presuntos «máximos responsable...

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Wu Fasien, ex comandante en jefe de la Fuerza Aérea china, que se sienta en el banquillo de los acusados como miembro de la denominada «camarilla de Lin Biao», ha admitido ante el tribunal que le juzga en Pekín haber colaborado activamente para hacer posible un golpe de Estado y un atentado contra Mao en 1971. Esta confesión, en cierto modo espectacular, constituye uno de los puntos importantes en la parte del proceso dedicada a examinar el oscuro episodio que concluyó con la muerte del ministro de Defensa y «delfín» de Mao, Lin Biao.

El proceso a los diez presuntos «máximos responsables» de la revolución cultural continúa en dos vistas separadas, una para los militares encausados -bajo la acusación esencial de intento de golpe de Estado y atentado contra Mao- y otra para la llamada «banda de los cuatro », a la que ha sido agregado Chen Boda, ex secretario de Mao y máximo responsable del Comité de la Revolución Cultural.A primeras horas de la noche, en que la televisión ofrece fragmentos del juicio, las actividades suelen paralizarse para seguir las incidencias del proceso, al mismo tiempo que se ha incrementado notablemente la lectura de los periódicos. La tranquilidad es general en todo el país, o al menos no se tienen indicios de incidentes.

Wu Fasien confirmó que en octubre de 1969, y por orden de Lin Biao, nombró al hijo de este último, Lin Liguo, como subdirector del Despacho General y subjefe del grupo de combate de la Fuerza Aérea. En su calidad de comandante en jefe de la Fuerza Aérea, Wu Fasien dio la orden de que ésta quedara bajo el mando directo del hijo de Lin Biao, quien, a su vez, formó un «grupo de investigación», denominado posteriormente «flota conjunta», que, según la fiscalía, «constituiría la fuerza vertebral de la que Lin Biao se serviría para atentar contra la vida del presidente Mao Zedong y montar un golpe de Estado armado contrarrevolucionario».

Un testigo llamado por el tribunal dio lectura, en la sala de audiencia, a un texto previamente escrito, en el que describía la organización interna de la «flota conjunta» como grupo secreto con numerosas ramificaciones izquierdistas en diversas entidades; la fiscalía asegura que, aprovechando su posición en la Fuerza Aérea, el grupo pronto tuvo a su disposición edificios, armamento y material diverso, tal como transmisores de radio, planos, código de señales, etcétera. El tribunal preguntó a Wu Fasien qué relación tenía todo esto con su anterior orden del 2 de agosto de 1969, que colocaba a la Fuerza Aérea bajo la dependencia directa del hijo de Lin Biao, y el acusado dijo: «En efecto, hay una relación directa. Aprovecharon la orden. Yo tengo la responsabilidad».

Tras esta declaración, hecha con voz serena, los jueces afirmaron que está probada la culpabilidad de Wu Fasien en los hechos juzgados, y que en definitiva consisten en haber facilitado la constitución y medios de trabajo al grupo secreto antes citado. Otros cuatro generales serán interrogados sucesivamente por el tribunal. Ninguno de ellos tiene, sin embargo, el protagonismo principal en los sucesos de 1971, ya que tanto Lin Biao como su mujer y su hijo murieron al «caer a tierra», sobre Mongolia, el avión en que viajaban, matriculado con el número 256. La versión más extendida es que el avión fue derribado por orden de Zhou En-lai, pero esto no figura en el sumario ni ha salido todavía en la vista.

"Calumnias" a Zhou En-lai y Deng Xiaoping

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Paralelamente al juicio de los militares, ha comenzado la vista de la causa contra la «banda de los cuatro » y Chen Boda. En concreto, se examina la «persecución» al primer ministro, Zhou En-lai y a Deng Xiaoping, secretario general del partido en la época inicial de la revolución cultural, y caído en desgracia tras la destitución del presidente de la República, Liu Sao Chihm.Respecto del primer ministro, se acusa a uno de los miembros de la «banda», Wang Hongwen, de «calumniar» a Zhou En-lai ante Mao, diciéndole a éste, en octubre de 1974, que, a pesar de encontrarse enfermo y hospitalizado, el primer ministro no se cansaba de conversar con diversas personas hasta muy altas horas de la noche, y que uno de los que acudían con mayor frecuencia era Deng Xiaoping.

Siempre según la fiscalía, la «banda» trataba de hacer creer a Mao que Zhou y los suyos trataban de restablecer el cargo de presidente de la República, cuestión a la que Mao se había opuesto tajantemente desde su abolición en la primera época de la revolución cultural.

Siempre según el sumario, la «banda» presionó directamente a Mao para impedir el nombramiento de Xiaoping como viceprimer ministro, y fue también el antes citado Wang Hogwen el encargado de hacerlo. Sin embargo, y a diferencia de la «confesión» del general Wu Fasien, la televisión no mostró ayer lo que había contestado Wang Hogwen, respecto a su caso.

Hasta ahora, pues, lo que el proceso revela es lo que ya se sospechaba: que la lucha por el poder fue muy dura en una larga época y que la valoración de las reuniones, contactos y, actividades ha de hacerse, esencialmente, a la luz de la política en cada momento.

Una peculiaridad de la Prensa china de estos días es la publicación de caricaturas sobre el juicio. Citaremos dos, ambas en primera página de Diario del Pueblo: una de ellas muestra a los diez acusados entrando en un sarcófago, y con la paleta y la tierra preparadas -junto a los acusados aparece una calavera, se supone que la de Lin Biao-; la otra muestra un camión de basuras que arroja al vertedero a Jian Qing, viuda de Mao, y demás procesados. En fin, la serie había comenzado.

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