El plan de viabilidad de Crady supone la reducción de 155 puestos de trabajo

El Consejo de Administración de Crady, empresa de Gijón dedicada a fabricar utillaje eléctrico, que hace dos años estuvo al borde del cierre y vuelve a pasar ahora por dificultades muy serias, acaba de presentar a los trabajadores un «plan de viabilidad» de la sociedad, que prevé, durante los próximos cuatro años, la aplicación de medidas correctoras de carácter financiero, la reducción de la plantilla en 155 trabajadores, incrementos salariales limitados, la mejora de la red comercial y la ampliación del catálogo de productos.

Para corregir el déficit económico a finales de año y r...

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El Consejo de Administración de Crady, empresa de Gijón dedicada a fabricar utillaje eléctrico, que hace dos años estuvo al borde del cierre y vuelve a pasar ahora por dificultades muy serias, acaba de presentar a los trabajadores un «plan de viabilidad» de la sociedad, que prevé, durante los próximos cuatro años, la aplicación de medidas correctoras de carácter financiero, la reducción de la plantilla en 155 trabajadores, incrementos salariales limitados, la mejora de la red comercial y la ampliación del catálogo de productos.

Para corregir el déficit económico a finales de año y responder a los compromisos pendientes con la Seguridad Social, Hacienda y los proveedores, dicho plan plantea la obtención de un préstamo de 225 millones de pesetas, por medio del Instituto de Crédito Oficial (ICO) y del Banco de Crédito Industrial, así como la consolidación de la ampliación de capital por parte de los bancos Hispano Americano, Herrero y Caja de Ahorros de Asturias. Subsidiariamente, el plan apunta la posibilidad de constituir una sociedad laboral con una aportación de doscientos millones de pesetas de los préstamos que concedería a los trabajadores el Fondo Nacional de Protección al Trabajo (FNPT).

En cualquier caso, la viabilidad de la empresa depende de una reducción de la plantilla, que debe pasar de los 705 trabajadores actuales a 550, según la actual dirección, ésta propone además un pacto social que limita los incrementos salariales al 5% en 1981 y 1982, y al 7% en 1983 y 1984.

La deficiente estructura financiera de la sociedad, sus erróneos planteamientos industriales, el exceso de plantilla y el hundimiento del mercado del utillaje eléctrico llevaron a la empresa a proponer reducción de su personal en un 50%.

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