Garavilla afirma no haber pagado ningún rescate por su liberación

«No hemos pagado absolutamente nada por mi liberación», afirmó el industrial José Garavilla, en las primeras declaraciones que ha efectuado tras su liberación por ETA Militar, que le tuvo secuestrado cuatro días. El motivo del hecho fue no haber pagado el impuesto revolucionario, según le dijeron los secuestradores, a lo que éste contestó que no le habían mandado ninguna carta, «y el tema se quedó ahí».

Durante la semana que siguió a su liberación, en la que Garavilla no dio señales de vida, declaró que había permanecido en Barcelona y Madrid, «grandes ciudades, donde no te conoce n...

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«No hemos pagado absolutamente nada por mi liberación», afirmó el industrial José Garavilla, en las primeras declaraciones que ha efectuado tras su liberación por ETA Militar, que le tuvo secuestrado cuatro días. El motivo del hecho fue no haber pagado el impuesto revolucionario, según le dijeron los secuestradores, a lo que éste contestó que no le habían mandado ninguna carta, «y el tema se quedó ahí».

Durante la semana que siguió a su liberación, en la que Garavilla no dio señales de vida, declaró que había permanecido en Barcelona y Madrid, «grandes ciudades, donde no te conoce nadie», cumpliendo lo que le habían dicho sus secuestradores. «Tenía una amenaza encima y debía estar, por tanto, una semana sin contactar ni con la policía ni con la Prensa. Por eso sólo mantuve un contacto personal con el gobernador civil de Vizcaya, cuando éste dio la orden de búsqueda y captura contra mí».

Garavilla afirmó que había estado secuestrado en un piso de un edificio, y que calculaba que la zona estaba próxima a Guernica, Durango o Marquina, ya que el viaje en coche fue de una hora y cuarto, aproximadamente. Dijo igualmente que sus secuestradores le habían tratado bien, y que la máxima preocupación de aquéllos eran los, temas laborales, que fueron «el pan nuestro de cada día».

José Garavilla fue secuestrado el pasado día 22 de octubre, a última hora de la tarde, a la puerta de la fábrica que dirige. Fue puesto en libertad cuatro días después, tras una serie de movilizaciones populares que exigieron su liberación, protagonizadas en gran parte por miembros y simpatizantes del PNV. «Si el 80% del pueblo de Bermeo es del PNV», dijo Garavilla, «está claro que hay personas de este partido que, por ser amigos míos, y no en su calidad de militantes, han traído y llevado los papeles que han sido necesarios».

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