Tribuna:

Orientación a la baja

Terminó el mes de octubre en las Bolsas españolas con una tanda de reuniones francamente aburridas y orientadas discretamente a la baja, constituyéndose el joven mercado valenciano en la excepción que confirmaba la regla, al haber conseguido mantener una trayectoria suavemente positiva.La realidad es que, a lo largo del mes, se produjo un progresivo deterioro de las expectativas compradoras, que habían mantenido la orientación alcista de las Bolsas a lo largo de los meses del verano. A este empeoramiento contribuyó la reciente emisión de Deuda Pública, que enfrió notablemente los ánimos de los...

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Terminó el mes de octubre en las Bolsas españolas con una tanda de reuniones francamente aburridas y orientadas discretamente a la baja, constituyéndose el joven mercado valenciano en la excepción que confirmaba la regla, al haber conseguido mantener una trayectoria suavemente positiva.La realidad es que, a lo largo del mes, se produjo un progresivo deterioro de las expectativas compradoras, que habían mantenido la orientación alcista de las Bolsas a lo largo de los meses del verano. A este empeoramiento contribuyó la reciente emisión de Deuda Pública, que enfrió notablemente los ánimos de los inversores y que encrespó los ánimos de buen número de especialistas, quienes no dudaron en calificar de «competencia desleal» esta emisión, por sus especiales características, tanto en lo que se refiere al tipo de interés como al plazo y, sobre todo, a las desgravaciones fiscales que proporciona (un 22%).

Paralelamente se produjeron importantes ventas en los valores eléctricos más significados, que, en un primer momento, fueron atribuidas al Banco de España. Y, aunque la entidad emisora, efectivamente, había estado colocando algunos títulos de su abultada cartera, lo cierto es que no fueron tantos como en principio se pensó. Las realizaciones de algunos importantes inversores para situarse en condiciones de liquidez para entrar por derechos de suscripción, sobre todo a partir de que se empezó a rumorear el que el Gobierno podría estarse planteando conceder unas desgravaciones fiscales superiores a las suscripciones en valores de este sector, fue una importante fuente de papel para los valores del grupo, al que se sumaba el generado por quienes preferían dirigir sus inversiones hacia el mercado interbancario,

Apoyo de los bancos

Refiriéndonos a lo sucedido estrictamente en la última semana, hemos de apuntar que se mantuvo el apoyo incondicional que los bancos vienen prestando a sus cotizaciones, como también se confirmó la tendencia a la baja, acentuándose a medida que transcurrían las reuniones, de los valores que han sido dados en llamar por un querido colega vasco «chicharrillos», es decir, valores baratos, con un mercado más o menos amplio, y que presentan unas perspectivas de cara al futuro inmediato bastante optimistas.

El tercer aspecto que influyó en el comportamiento negativo de los mercados de valores fue la incertidumbre sobre las ampliaciones de capital que pueden ser planteadas de aquí a fin de año. Según casi todos los comentarios, son bastantes las empresas en cuyos planes de inversión se contempla la necesidad de proceder a realizar desdobles en el presente ejercicio, pero la competencia de la Deuda Pública volvió a surgir el enemigo, les obliga a mantener más o menos ocultas sus intenciones.

Contrariamente a todo lo que veníamos apuntando para el mercado de valores en general, el «mercadillo» de letras de cambio mostró a lo largo de la semana una actividad boyante, llegando la contratación en la Bolsa de Madrid, el pasado martes, a constituir un récord sin precedentes. La subida de tipos de descuento, promocionada fundamentalmente por el Banesto, y que devolvió al 13,5% su preponderancia en este mercado, fue otra de las características definitivas.

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