Los pequeños comerciantes catalanes comprarán el Banco de Gerona

El Banco de Gerona -del grupo Banca Catalana- será vendido en fecha próxima -de no surgir algún obstáculo- a la Unió de Botiguers de Catalunya (Unión de Tenderos de Cataluña), para pasar a ser, previo el cambio de nombre, un banco al servicio de esta profesión. La venta se llevará a cabo al precio de 1.750 pesetas por cada acción de quinientas pesetas de valor nominal.

El Banco de Gerona posee un activo de 9.500 millones, y su capital es de cerca de cuatrocientos millones. Sólo posee una sede central, en Gerona, y una agencia, en Barcelona. Las sucursales que en su día poseyó fueron abs...

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El Banco de Gerona -del grupo Banca Catalana- será vendido en fecha próxima -de no surgir algún obstáculo- a la Unió de Botiguers de Catalunya (Unión de Tenderos de Cataluña), para pasar a ser, previo el cambio de nombre, un banco al servicio de esta profesión. La venta se llevará a cabo al precio de 1.750 pesetas por cada acción de quinientas pesetas de valor nominal.

El Banco de Gerona posee un activo de 9.500 millones, y su capital es de cerca de cuatrocientos millones. Sólo posee una sede central, en Gerona, y una agencia, en Barcelona. Las sucursales que en su día poseyó fueron absorbidas por Banca Catalana. Su capital está suscrito en la práctica totalidad por Banca Catalana.La entidad procede del cambio de nombre de una pequeña banca local, propiedad de una sola familia en la población de Ribes de Fresser (3.000 habitantes), situada en la comarca del Ripollés.

Según el proyecto de venta, Banca Catalana continuaría teniendo un 30% del capital y el 70% será objeto de una opción de compra a la Unió de Botiguers, que lo transferirá por prorrateo a sus 12.000 miembros. Para éstos, la compra representará un desembolso total de novecientos millones de pesetas. De dicha cantidad, los adquirientes sólo deberían abonar inicialmente un 5%, y el resto sería objeto de créditos de Banca Catalana, en condiciones muy ventajosas.

Los nuevos titulares del banco podrían utilizar también todas las agencias de Banca Catalana para las operaciones corrientes, para lo cual sería preciso un permiso expreso del Banco de España. El presidente de la Unió de Botiguers, Antoni Durán, manifestó anoche a este diario que la asociación había elaborado una lista de treinta nuevos nombres para el Banco de Gerona. Está en curso el procedimiento administrativo para averiguar si dichos nombres son compatibles con los de entidades ya existentes. Uno de los nombres con mayores posibilidades sería el de Banc dels Botiguers (Banco de los Tenderos).

En la venta, Banca Catalana garantizará expresamente el balance y las operaciones pendientes. En el pasado, la Unió de Botiguers -fundada en 1978- recibió fuertes subvenciones del Banco Industrial del Mediterráneo, hoy integrado en el grupo de Banca Catalana. Posteriormente, ha recibido ayuda expresa de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Barcelona.

La mencionada asociación de tenderos -con 12.000 miembros y un centenar de uniones locales confederadas- representa una considerable fuerza política, de signo liberal y catalanista. Durante largo tiempo estuvo presidida por un dirigente del partido de Jordi Pujol, opción política por la que se inclinan, sin duda alguna, la inmensa mayoría de sus afiliados. Como es bien sabido, Jordi Pujol es el principal accionista de Banca Catalana.

El lanzamiento del Banco de Gerona, a partir del cambio de nombre de la aludida entidad local de Ribes de Fresser, se llevó a cabo por la familia que la poseía siguiendo el modelo de Banca Catalana, hija ésta del cambio de nombre de otra pequeña banca local, la Banca Dorca de Olot. Pero su trayectoria resultó mucho menos afortunada. Fue con la ayuda del Banco de España como Banca Catalana tuvo que comprar el Banco de Gerona, con el fin de evitar una situación delicada. El Banco de Gerona poseyó las instalaciones de esquí de la estación de La Molina, en absoluto rentables, que fueron transferidas a una sociedad de la órbita de Banca Catalana.

Este posible Banc dels Botiguers será la segunda entidad bancaria del país propiedad de los pequeños comerciantes; la primera de ellas es Grumeco, creado en 1968; pertenece a la Cooperativa Grupos Madrileños de Abastecimiento (Gruma), que agrupa a 2.600 detallistas de alimentación, cuya facturación global alcanza ya los 8.500 millones de pesetas anuales a través de sus 2.000 puntos de venta en todo Madrid.

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