Reportaje:

Los creadores de la moda se fijan en el pasado

Aunque Fimoda existe solamente desde hace dos años, sus orígenes comienzan con la moda infantil que desde 1962-1967 formaba parte de un sector dentro de la Feria del Juguete, y a partir de esta fecha logro su primera feria (FIME), hasta 1978, cuando incorporó moda de hombre y mujer. Mil novecientos ochenta ha sido más positivo; se ha logrado que 4.408 compradores nacionales y 95 extranjeros visitaran la feria.En 1979 sólo lo hicieron 780. El total de visitantes ha sido de 15.825 profesionales. El éxito se debe, en gran parte, a la iniciativa de Francis Montesinos, dinámico creador valenciano d...

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Aunque Fimoda existe solamente desde hace dos años, sus orígenes comienzan con la moda infantil que desde 1962-1967 formaba parte de un sector dentro de la Feria del Juguete, y a partir de esta fecha logro su primera feria (FIME), hasta 1978, cuando incorporó moda de hombre y mujer. Mil novecientos ochenta ha sido más positivo; se ha logrado que 4.408 compradores nacionales y 95 extranjeros visitaran la feria.En 1979 sólo lo hicieron 780. El total de visitantes ha sido de 15.825 profesionales. El éxito se debe, en gran parte, a la iniciativa de Francis Montesinos, dinámico creador valenciano de veintinueve años, quien se incorporó este año al comité ejecutivo y ha logrado atraer a la feria firmas de moda muy avanzada, como Maíz, Adolfo Domínguez, Tutti Fruti, Dora Herbst, Primizia, etcétera. Gracias a una fuerte inversión financiera se ha podido formar un equipo de marketing y un departamento-comercial. Han expuesto unas 221 firma (215 nacionales y 6 extranjeras), con unos 552 pabellones en una superficie de.22.000 metros cuadrados. Cabe destacar las varias tendencias mostradas en los desfiles de los tres grupos.

La "minifalda"

En cuanto a la mujer, quizá la nota más destacada es la notable subida de la falda. Ahora se puede encontrar en cualquier punto por encirna de la rodilla. Los hombros pierden las hombreras, pero no su volumen, y el talle, que es ligeramente marcado en la cintura, se apoya a veces en la cadera. Hay un amplio espectro de líneas diversas, desde los exóticos con ambientes folklóricos, estilo afro con faldas de volantes, espaldas desnudas, escotes argolla en estampados tropicales de colores luminosos, hasta el rústico estilo saharaui con bermudas, falda pantalón, t-shirts, faldas con shorts en tejidos lisos crudos o de estampados primitivos.Para la mujer romántica, hay una tendencia de fantasía, incluyendo tejidos transparentes con bordados, algodones frescos o estampados de flores. Tampoco falta el look español, que evoca la vestimenta de los grandes pintores españoles, con vestidos de volantes y capas siempre dejando descubiertos los brazos, hombros y cuellos, donde dominan los tonos rojo granate, dorados y plateados, con incrustraciones bordadas sobre sedas y adamascadas.

El clásico «sastre» lleva chaqueta larga y entallada, con falda recta y corta, que puede ser sustituida por falda pantalón o bermuda. Los jeans mantienen su fuerza, pero más sofisticados

El momento más esperado durante Fimoda fue el pase de Francís Montesinos, quien no decepcionó a sus múltiples admiradores, quienes abarrotaron el salón de desfiles. Una vez más, Montesinos ha demostrado que es un hombre que marca la moda y es quizá el diseñador español más original, más imaginativo y el menos comprendido en estos momentos.

Algunas de las series que contenía la colección incluían la serie Nijinsky, con bodies en color blanco sal y minifalda de bajos irregulares, en puntas, con ribetes de oro, todo en punto de algodón; o la serie Mesalina, en batista de algodón color sangre de toro, con apliques de oro y volantes en los escotes; y la serie Cristalina, de mini vestidos estrechos de hombros descubiertos, o minifalda muy amplia con enaguas debajo.

Para el hombre se introduce la cintura elástica. Las formas son simples, dando un efecto hasta de descuido, casi revalorizando la arruga. Dominan los pasteles como rosa y amarillo pálido, azul grisáceo, los crudos, arena y piedra. El príncipe de gales y pata de gallo cobran importancia como estampados. Las camisas de traje llevan cuellos ligeramente en punta, sin tapeta y en pasteles lisos, a rayas o dibujos difuminados. La pajarita cobra otra vez importancia, como los chalecos en punto de angora y perlé lisos o con jacquards en tonos pasteles que se cruzan por delante, abrochándose por un lado en la cintura. Se lleva bien con americana o camisa sola. La línea sportwear se ve más sÍmplificada, natural y de una estética funcional. Las camisas de sport son en tonos más oscuros, dominando los colores del Sahara (cobre, negro, marrón) en voiles y bámbulas. Los blusones llevan hombros cuadrados con variantes en los abrochados, que pueden ser sencillos, asimétricos o tipo americana-camisa, con muchos bolsillos e incrustraciones de cuero. Otras variantes que salen de lo clásico, entrando en la vanguardia, son el traje estilo safari (sobre todo las bermudas, camisas con hebillas, camisas de estampados exóticos africanos, etcétera), la línea marinera, el western y la gran novedad lanzada por Pedro Morago, que es el gaucho en algodones y linos, incluyendo capas, chalecos y botas a juego.

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