La grave crisis de Fiat puede provocar cambios importantes en la multinacional italiana

La tremenda crisis por la que está atravesando Fiat, agravada a diario por las pérdidas de penetración de mercado en casi todos los países del mundo, amenaza con producir importantes cambios estructurales en la poderosa multinacional italiana. El imprevisible final de la crisis podría pasar por su asociación a otra de las grandes multinacionales del sector, por la entrada en la sociedad del IRI italiano -similar al INI español- o por la toma de posición dentro de la empresa de un consorcio bancario formado por los acreedores de Fiat.

A la ruptura de sus acuerdos firmados con el Gobierno...

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La tremenda crisis por la que está atravesando Fiat, agravada a diario por las pérdidas de penetración de mercado en casi todos los países del mundo, amenaza con producir importantes cambios estructurales en la poderosa multinacional italiana. El imprevisible final de la crisis podría pasar por su asociación a otra de las grandes multinacionales del sector, por la entrada en la sociedad del IRI italiano -similar al INI español- o por la toma de posición dentro de la empresa de un consorcio bancario formado por los acreedores de Fiat.

A la ruptura de sus acuerdos firmados con el Gobierno español sobre Seat -con la consiguiente salida por la puerta falsa de la empresa española y la vista que tendrá que soportar en el Tribunal Internacional de París, encausada por el Instituto Nacional de Industria español-, siguió una ruptura parecida con la empresa alemana occidental Klockner-Humboldt-Deutz -que también llevará a Fiat al alto tribunal económico de París-, fabricante de camiones y asociada a Fiat a través de su rama de vehículos industriales Iveco; más tarde, otra ruptura similar con el socio belga de Iveco; posteriormente, y tras una serie de cambios en la alta dirección de la multinadiarias que viven alrededor de éstas como apoyo o encubrimiento de parte o del total de ellas.La dispersión de Fiat le lleva a fabricar, además de automóvilea con nombres variados -Fiat, Lancia, Ferrari y Autobianchi, en Italia, y está asociada, de formas muy variadas y diferentes en cada caso a empresas en España, Polonia Rumanía, Yugoslavia, la Unión Soviética, Argentina, Brasil etcétera-, camiones -a través de la multinacional Iveco, y que co mercializa vehículos industriales como Fiat, Unic, Lancia, OM, Ma gyrus Deutz-, tractores, maquinaria de obra civil, motores y otros elementos para trenes, autobuses

Complicada estructura accionarial, empresarial y gerencial en Fiat

La multinacional italiana se caracteriza por una complicadísima estructura gerencial, con ramas, divisiones y subdivisiones en las que se entremezclan sus actividades y en las que los responsables de sus gestiones no siempre saben de quién dependen y sobre qué parte en concreto recae su gestión. Y eso ocurre no sólo en cada una de las empresas del grupo y a casi todos los niveles, sino en la propia estructura del holding. Hay que tener en cuenta que lo que normalmente se conoce como Fiat agrupa a no menos de once empresas de gran importancia y nombre reconocido, más otras muchísimas más subsidiarias que viven alrededor de éstas como apoyo o encubrimiento de parte o del total de ellas.La dispersión de Fiat le lleva a fabricar, además de automóviles con nombres variados -Fiat, Lancia, Ferrari y Autobianchi, en Italia, y está asociada, de formas muy variadas y diferentes en cada caso, a empresas en España, Polonia, Rumanía, Yugoslavia, la Unión Soviética, Argentina, Brasil, etcétera-, camiones -a través de la multinacional Iveco, y que comercializa vehículos industriales como Fiat, Unic, Lancia, OM, Magyrus Deutz-, tractores, maquinaria de obra civil, motores y otros elementos para trenes, autobuses, trolebuses, tranvías, barcos, aviones; empresas de seguros, de siderurgia, componentes de ingeniería; posee hoteles, restaurantes, agencias de viajes, financieras y hasta un equipo de fútbol -La Juventus, de Turín-, mundialmente conocido.

Todo ello a través de más de seiscientas sociedades domiciliadas en diferentes países del mundo -el holding tiene su sede social en Suiza-, en un intento de diversificar también el complicadísimo capítulo fiscal del variado holding, que controla -y, en cierta forma, todavía dirige- la familia Agnelli, en la que la presencia de las hermanas de Gíovanni y Humberto -Susana, Clara, María Sole y Cristina-, además de la rama de la familia de Aniceta, una de los dos hijos del fundador de Fiat y, por tanto, tía de los anteriores cuyo grupo está encabezado por Giovanni Nasi, único hijo varón vivo de Aniceta AgneW, Fiero que está compuesto también por las hermanas, los hijos de éstas.y sus propios hijos.

Por todo ello, además del entramado gerencial, que hace muy difícil saber a quién corresponden las decisiones, y del propiamente empresarial, el complejo entramado familiar de los Agnelli hace prácticamente imposible saber qué parte de las acciones de la multinacionales está en poder de la familia -aunque se sitúa alrededor del 45%- y cuáles de ellas son propiedad de cada uno de ellos.

Por lo que respectaal resto de las acciones del holding, sí se sabe que Lybian Arab Foreigri Bank, controlado por Gadafi, tendrá que decidir, precisamente el próximo año, si convierte en acciones su paquete de obligaciones -aproximadamente el 10% de la sociedad-, comprado por Libia con ocasión de los acuerdos entre Fiat y el país árabe de 1976.

El resto está en poder de los bancos y de una gran cantidad de pequenos accionistas privados, muchos de los cuales son los propios trabajadores de la multinacional (unos 365.000, repartidos en las diferentes empresas del grupo).

Importantes cambios en la cabeza

Humberto Agnelli, que dentro de un mes y medio cumplirá 46 años de edad, ha seguido en el seno de la gran empresa familiar un camino semejante -aunque con menos éxito- al de su hermano mayor, Giovanni, trece años más viejo que él. Tras permanecer al frente de sociedades del grupo de escasa trascendencia -incluido el equipo de fútbol, buena catapulta desde el punto de vista de la rápida y masiva popularidad a nivel nacional- durante algún tiempo, pasó a ejercer el control ejecutivo de la multinacional en 1970.Años después, mediado 1976, Humberto Agnelli deja la Fiat para iniciar escarceos políticos.

A finales de 1978, Humberto Agnelli vuelve a hacerse cargo del control de la multinacional Fiat. Durante este año y medio en el que la empresa automovilista sigue la directriz impuesta por el menor de los Agnelli, algunos cambios y no pocas mejoras y puestas al día de la ya obsoleta empresa son llevados a cabo, aunque muy pocos para los que necesita la demasiado vieja Fiat.

Grave crisis en un futuro próximo

La situación a la que ha llegado Fiat en los últimos meses, y de la que no se ve salida en un futuro próximo, hace presagiar que la multinacional italiana atravesará una época muy dificil y turbulenta, de la que se ha querido apartar el nombre de los Agnelli, para que éste no se vea perjudicado por los mismos. Máxime cuando en esa dificilísima época que se avecina, en la que los conflictos laborales serán importantes -la rama de autornóviles puede querer prescindir de unos 24.000 trabajadores, cifra a la que habrá que añadir una cantidad tres veces superior de empleados a los que Fiat pretende incluir en el Fondo de Garantía Salarial italiano, lo que demuestra que la dirección de Fiat, como pudo demostrarse también en España, es mala-, los Agnelli tendrán irremediablemente que acudir a una importante ampliación de capital de Fiat, que lleve su capital social de los 16.500 millones de pesetas actuales a un mínimo de 46.500 millones.Esa ampliación de capital es absolutamente necesaria, porque su capital social es totalmente insuficiente para sostener un endeudamiento que, al término del pasado ejercicio, se elevaba a unos 710.000 millones de pesetas -que, al Final de este año, se incrementará en 100.000 millones de pesetas más-, con una facturación anual de 1,7 billones de pesetas. Cifras todas ellas impresionantes, pero que, si se tiene en cuenta que la multinacional norteamericana Ford, sólo en los tres primeros meses de este año, registró unas pérdidas de unos 30.Ó00 millones de pesetas, se comprenderá el desmesurado volumen de estas gigantescas multinacionales.

Pero, para esa importante y necesaria ampliación de capital -de unos 30.000 millones de pesetas-, la familia Agnelli no sólo tendrá que hacer frente a un desembolso próximo a 15.000 millones de pesetas para no perder el control de Fiat, sino que, además, tendrá que convencer a los grupos bancarios para que les apoyen. financieramente y conseguir que Gadafi no ponga a la venta enlos mercados internacionales su paquete actual -lo que podría acentuar aún más la impresión generalizada de crisis en la multinacional italiana-. Todo ello mientras la empresa tiene que hacer frente a los graves problemas laborales, a la pérdida de penetración en los mercados internacionales y al remodelamiento de una gama (le coches que ha quedado un tanto obsoleta.

Posible entrada en Fiat de un consorcio bancario y del IRI

Para poder lograr esa estabilidad económica que Fiat necesita -aunque en muchas ocasiones se haya exagerado la crisis como medio de presión al Gobierno italiano, para que impida el acuerdo Alfa Romeo-Nissan, cuya solución definitiva puede ser cuestión de horas-, la familia Agnelli podría verse obligada a dar entrada en el accionariado de la multinacional y en su consejo de adrninistración a un consorcio bancario que se formaría con el grupo de bancos acreedores de la empresa y que tengan que acudir en. ayuda de la misma.Otra de las posibilidades que se barajan es que el IRI italiano, similar al Instituto Nacional de Industria español, tuviese también que acudir en ayuda (le Fiat, comprando una parte de la misma en esa próxima ampliación de capital que parece inevitable.

Y, finalmente, la grave situación de Fiat podría también obligar a la multinacional italiana a buscar una asociación con otra multinacional del sector, con cuya fusión se lograse un reforzamiento y un asentamiento en los mercados internacionales, en los que el deterioro.de la imagen de Fiat y su pérdida de penetración no cesan.

Para ello, los Agnelli necesitarían de tiempo suficiente para llevar a cabo las siempre difíciles gestiones -tiempo que, obviamente, no pueden compartir con la gestión de la empresa-, contar asimismo con un equipo de gestión de prestigio y credibilidad intemacional -que podría reforzar la imagen de la empresa ante las entidades bancarias, no conformes con la gestión familiar-, y, además, que su nombre no se deteiriore aún más con el dificil futuro que se le avecina a la multinacional. italiana. Los primeros movimientos de esta larga y complicada partida han comenzado ya, y seguirán en las próximas semanas. De la habilidad y técnica de los que deben moverlas depende el futuro de uno de los grandes colosos del mundo del automóvil.

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