Cartas al director

"Nuevos filósofos"

Henry Levy, supuesto «nuevo filósofo» y sumo pontífice de la reacción cultural que eficientemente promocionada desde Washington sostiene en París cosas como lo de que Marx ha muerto, tiene ahora el culot de escribir en EL PAÍS que lo de Afganistán es «nuestra nueva guerra de España», que los guerrilleros asiáticos son «herederos de los mártires que hace cincuenta años morían por la España libre», y que unas caravanas que se propone organizar para ayudar a esos guerrilleros «son un poco las brigadas internacionales» (sic). Insultante.Se olvida Levy que, mientras el pueblo español hace ca...

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Henry Levy, supuesto «nuevo filósofo» y sumo pontífice de la reacción cultural que eficientemente promocionada desde Washington sostiene en París cosas como lo de que Marx ha muerto, tiene ahora el culot de escribir en EL PAÍS que lo de Afganistán es «nuestra nueva guerra de España», que los guerrilleros asiáticos son «herederos de los mártires que hace cincuenta años morían por la España libre», y que unas caravanas que se propone organizar para ayudar a esos guerrilleros «son un poco las brigadas internacionales» (sic). Insultante.Se olvida Levy que, mientras el pueblo español hace casi cincuenta años luchaba contra el fascismo que venía a quitarle la esperanza -l'espoir que diría Malraux en llegar a aprender a leer, en llegar a tener qué comer y en conseguir cosas como la reforma agraria, a las masas iletradas afganas las manejan los «mullads» -y la CIA que, aunque en el vecino Irán los ayatollas les salieron respondones, se halla tras el actual spiritual revival por todas partes- convenciéndoles de cosas- como que la reforma agraria es idea del demonio y que bien están las tierras en manos de los señores feudales que las tuvieron hasta ahora.

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Uno puede no desear el comunismo para países mejor o peor ajustados a la Europa Occidental en estos tiempos, pero no puede por menos de reconocer que el comunismo fue tal vez la única salida posible en la Rusia del 17, en la China de los años treinta, en el Vietnam de los sesenta, y tal vez lo sea en el Afganistán de los ochenta. Mal que pueda pesarnos. Mal que le pese al señor Levy y a todos los que, no osando desafiar su anatema, no fueron a las Olimpiadas de Moscú este año./

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