Atracador capturado en las vías del Metro tras asaltar un banco

Un policía nacional sufrió una herida de bala, de pronóstico reservado, y un atracador, lesiones en un codo y una mano, durante la persecución de las dotaciones de dos coches radiopatrulla Zeta a tres jóvenes que acababan de perpetrar un asalto. Los dos cómplices del herido lograron huir con un botín próximo al millón de pesetas.A las 9.30 horas aún no había sido recibido ningún cliente en la sucursal del Banco de Extremadura de la calle Núñez de Balboa, 32, en el barrio de Salamanca. Los ocho empleados y las dos limpiadoras ultimaban los preparativos para dejar todos los servicios a punto y, ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Un policía nacional sufrió una herida de bala, de pronóstico reservado, y un atracador, lesiones en un codo y una mano, durante la persecución de las dotaciones de dos coches radiopatrulla Zeta a tres jóvenes que acababan de perpetrar un asalto. Los dos cómplices del herido lograron huir con un botín próximo al millón de pesetas.A las 9.30 horas aún no había sido recibido ningún cliente en la sucursal del Banco de Extremadura de la calle Núñez de Balboa, 32, en el barrio de Salamanca. Los ocho empleados y las dos limpiadoras ultimaban los preparativos para dejar todos los servicios a punto y, dada la habitual tranquilidad en todos los días de agosto, no eran previsibles congestiones ante las ventanillas. Tampoco había en la oficina un gran depósito de billetes, ni razones para pensar que podría ser un objetivo apetecible para los atracadores que, por otra parte, parecen haber perdido actividad durante el verano.

Pero se presentaron tres. Probablemente serían jóvenes. Llevaban la cara cubierta con capuchas; no obstante, el excesivo nerviosismo que demostraban sólo podría deberse a una cierta bisoñez. Empuñaban un revólver, una pistola y una escopeta de cañones recortados, y amenazaban innecesariamente, como si quisieran aparentar una ferocidad excesiva. «Cuidado: hacednos caso, porque se nos puede escapar algún tiro». Jóvenes y novatos, casi con toda seguridad.

Luego señalaron la cámara acorazada y encerraron a todos los presentes en el interior, entre nuevas amenazas. Fuera, una persona había visto a tres encapuchados que entraban apresuradamente en el banco. Y ya había marcado el 091.

Los atracadores consiguen apoderarse de un millón de pesetas, más o rrienos. Dejan al personal en la cámara y deciden salir.

Diez segundos después, «a eso de las 9.40», tropiezan con las dotaciones de dos Zeta de la policía. Los vecinos comienzan a oír fuego cruzado y alcanzan a ver una desbandada. Un agente sufre una herida de bala en un glúteo; uno de los atracadores se esfuma en las escaleras de balada a la estación de Metro. Varíos policías lo siguen.

El atracador logra llegar a un andén. Salta hacia las vías y aparentemente se lastima en un codo. Poco después lo detienen.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Los agentes consiguen identificar al detenido. Se trata de Manuel Ortega Segura, de diecinueve años, y remiten los datos a jefatura «para la oportuna elaboración de un informe de antecedentes». Le han sido ocupados un revólver del calibre 38, con cinco cartuchos en el tambor, y una escopeta recortada. Tal vez elementos suficientes, para una rápida investigación.

A primera hora de la tarde, la agencia Efe informó que la policía había detenido en el Retiro a dos hombres de 31 y veintitrés años, sospechosos de haber participado en el atraco.

Archivado En